La planta de biogás que se plantea en el término municipal de Toro, cerca de un paraje conocido como La Liebre, tendría capacidad para gestionar 278.500 toneladas de residuos al año, según el proyecto presentado por la empresa promotora. El grueso de la materia prima, un 43%, procedería del purín de cerdo de engorde, mientras que también habría un porcentaje importante derivado del estiércol bovino, ovino y caprino.
Los datos aparecen en la información pública correspondiente a la solicitud de impacto ambiental presentada por la citada empresa, con sede en Ciudad Real. Todos los detalles ya están abiertos a la consulta y a la presentación de alegaciones por parte de quien lo considere, en un marco en el que se está percibiendo un importante rechazo en la zona.
Conviene recordar que la semana pasada se votó por unanimidad una moción contra este tipo de proyectos en el propio Ayuntamiento de Toro, mientras que los responsables del consejo regulador que gestiona la denominación de origen del vino de la zona también han manifestado su malestar y su inquietud por los efectos que este tipo de industrias podrían tener para el producto estrella de la comarca.
El temor es que los efectos de la planta de biogás resulten perjudiciales para el sector vitivinícola, desde el punto de vista del terreno o de los olores, pero también de la «mala imagen» que se podría asociar a los vinos de la zona, según declaró a este medio el presidente de la DO Toro, Felipe Nalda.
También inquieta todo lo que tiene que ver con el tráfico de camiones por la zona. Según el propio proyecto, entrarían y saldrían 44 al día de lunes a viernes, aunque la planta como tal funcionaría los 365 días del año. El acceso principal a la parcela, de 112.000 metros cuadrados, se haría por la carretera ZA-705, al norte de la Autovía del Duero.
Además, el documento presentado por la empresa aclara que la planta generaría cinco puestos de trabajo de personas que funcionarían «a turnos», así como diez empleos indirectos, un pequeño empujón al empleo que se percibe como insuficiente desde algunos ámbitos para compensar los potenciales efectos perniciosos que tendría la industria para el entorno.
