Los municipios que han acometido o acometen obras para favorecer la concentración parcelaria tienen desde este miércoles un horizonte más despejado por delante. La Diputación de Zamora y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural han firmado un convenio de colaboración que afecta a 23 localidades, las que han iniciado procedimientos de concentraciones parcelarias en régimen privado. Ambas instituciones colaborarán en la construcción de la infraestructura necesaria, caminos, principalmente, y en sufragar los gastos administrativos en los que incurren los ayuntamientos.
«Una localidad sin concentración parcelaria es una localidad que no tiene futuro» en el sector agrario y ganadero, ha asegurado el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez. «La concentración parcelaria es una puerta abierta a impulsar negocios ganaderos y agrícolas» en un panorama en el que, insiste el presidente provincial, «es necesario cada vez más terreno para hacer las explotaciones rentables».
Desde un punto de vista económico, las obras van a ser financiadas al 50% por las instituciones provincial y autonómica. La Consejería se encargará de la redacción de los proyectos y de costear las direcciones de obra, cuestiones que suponen cantidades importantes para los ayuntamientos. La Diputación se encargará de la licitación de las obras.
Por su parte, la consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María José González Corral, ha defendido la implicación de administraciones de rango superior en el proceso, que debe ser «especialmente garantista» habida cuenta de que se trata de un proceso administrativo de «redistribución de la propiedad» para hacer rentables las explotaciones.
Los alcaldes de algunos de los municipios afectados, entre ellos David Carrión, de Alcañices, o Sergio López, de Fonfría, han valorado «uno de los acuerdos más importantes firmados en esta provincia». «Los pueblos que estamos metidos en este trámite lo hacíamos con miedo porque el coste de los caminos era inasumible para los ayuntamientos. Sin este proceso» de concentración, «el mundo rural estaría muerto».
