Las vacas han comenzado a entrar al pueblo por las noches e invaden la carretera ZA-111, la que va a Rionegro del Puente desde Molezuelas de la Carballeda. Molezuelas de la Carballeda ve recrudecida la situación, ya delicada, que vivía con el ganadero «okupa» que usa terrenos comunales del pueblo para que sus reses pasten. El alcalde del pueblo, Alexandre Bertin Satue, asegura que la situación, lejos de mejorar en los últimos meses, ha empeorado. El ganadero «okupa» usa más terrenos que antes, y más cercanos al pueblo. «Las vacas pastan a cien metros de las casas y por la noche, cuando el dueño las suelta, andan entre las casas», apunta el alcalde.
Los juzgados de Zamora, asegura el regidor municipal, han atendido durante las últimas semanas demandas del dueño de los animales contra el alcalde del pueblo, al que ha acusado de «abuso de autoridad» en una disputa legal que los tribunales, apunta Alexandre Bertin, han resuelto a su favor. Queda pendiente de dirimir en los tribunales si el ganadero tiene derecho a usar los terrenos comunales del pueblo, poruqe según el alcalde no lleva suficiente tiempo censado como para aprovechar el monte comunal. Él, el ganadero, asegura que no es necesaria esa «antigüedad» que le exigen desde Molezuelas de la Carballeda.
El ganadero, llegado de Salamanca, según relata el alcalde, solicitó al pueblo el aprovechamiento de los terrenos comunales de la localidad para instalar allí una explotación de vacas. «No tiene relación con el pueblo, compró una nave y una casa y se empadronó aquí», aseguraba a este periódico el regidor municipal. Los vecinos, en reunión, decidieron no autorizar el uso de los terrenos que son propiedad del pueblo. Una decisión comprometida pero que el alcalde considera al amparo de la ley porque el solicitante, aunque empadronado en el pueblo, «no tiene ascendencia aquí y no tiene arraigo ni más interés que empadronarse para poder usar las tierras, y eso no es legal».
Un repaso a la jurisprudencia alimenta la controversia entre los vecinos. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en sentencia del 16 de enero de 2004, establece que «para los no nacidos» en el pueblo, es decir, «los que no tengan ascendencia» como recuerda el alcalde, debe exigirse «prueba de arraigo formal» más allá del empadronamiento efectivo, al que tienen derecho todas las personas por el hecho de poseer una vivienda en la localidad. «Es una exigencia, que puede ser optativa, a efectos de determinar las personas con derecho a aprovechamiento» de los terrenos.
La sentencia es una interpretación de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, que indica que, si bien los ayuntamientos pueden exigir arraigo, «es suficiente con estar empadronado en el municipio para poder gozar del uso y disfrute del bien comunal, ya que el padrón acredita una residencia real y efectiva a lo largo del año». El alcalde se queda con la versión judicial. «Lo contrario abre la puerta a que venga aquí gente de cualquier sitio y aproveche unos terrenos que siempre han sido del pueblo».
Según dice el alcalde, el ganadero estaría «vallando parcelas privadas sin tener permiso» para hacerlo, pone a las vacas a pastar en terrenos comunales que le han sido denegados e incluso está «vallando caminos que son públicos» y en los que, para circular, hay que retirar primero el cercado eléctrico que está colocado impidiendo el paso (como pudo comprobar in situ este periódico hace ya algunos meses).

En el pueblo indican que el ganadero «okupa» estaría vallando terrenos «por las noches», cuando nadie puede verle. «Aquí vienes por la mañana y te encuentras con que está vallado un camino que ayer estaba libre», dice el alcalde, que reconoce algún encontronazo en las últimas semanas. Es complicado saber la extensión de terreno que se estaría disfrutando sin el permiso del pueblo, «porque valla y desvalla terrenos continuamente», pero se estima en unas cincuenta o sesenta hectáreas.
Conflicto entre vecinos
Parte de las vacas pastaban en unos terrenos por los que pasaba un arroyo que posteriormente desembocaba en la captación de agua del pueblo, lo que según el alcalde hipotecaba la calidad del suministro. La Confederación Hidrográfica del Duero, siempre según la versión del regidor municipal, se personó en la zona y obligó al ganadero a retirar de ahí las vacas, cosa que hizo. Lo que sucede es que los vecinos del pueblo utilizaban, «como siempre se ha hecho», el agua de este arroyo para regar sus huertos y el ganadero protagonista del conflicto les habría denunciado por esta práctica. «Es algo que siempre se ha hecho aquí, ha denunciado la gente y la CHD ha puesto varias multas», lamenta Alexandre Bertin.

