La agitación propia de quien tiene faena se mezcla este miércoles por la tarde, en la sala de exposiciones de la Alhóndiga, con la sensación de seguridad que desprende aquel que sabe lo que hace. Quedan menos de 48 horas para subir el telón y dejar a la vista del público lo que ahora todavía es montaje, así que las personas encargadas de la tarea observan, colocan, apuntan y ejecutan pequeños cambios sobre la marcha. La idea de la muestra está clara y ya se ha plasmado en otros lugares, pero cada recinto tiene su particularidad. Y toca darle su propia vida a la propuesta en Zamora.
Por allí, entre cajas, marcos y decenas de imágenes, se mueve una mujer llamada Lucía Laín. Ella es la comisaria de la exposición titulada «La Vía de la Plata. Aires del sur», una muestra fotográfica que recorre España de abajo a arriba y del pasado al presente; de Sevilla a Santiago de Compostela y del último tercio del siglo XIX a los actuales años 20 del siglo XXI. La responsable de la propuesta se detiene un rato para contar qué podrán ver los vecinos aquí desde este viernes 10 de octubre hasta el próximo 3 de diciembre.

Laín, que lleva en su currículum el sello de historiadora, guionista y documentalista, explica que esta propuesta fotográfica sigue el mismo camino que las rutas jacobeas de la Vía de la Plata, y dice también que aspira a abrir reflexiones y establecer diálogos. La muestra va de soledad, de distancia, de tiempo y de miradas. De eso último hay mucho y muy variado. La exposición, que se estrenó en Santiago y ya ha pasado por Cáceres, Ourense o Madrid, consta de unas ochenta fotos de aproximadamente treinta autores.
Por ahí aparecen las imágenes de Jean Poujade, José Suárez, Otto Wunderlich o Nicolás Muller, pero también las de Cristina García Rodero, José Manuel Navia o Brais Lorenzo. Y, antes de todos ellos, las de Jean Laurent, el hombre que documentó parte de la transformación de España a finales del XIX. En él se detiene primero la comisaria, particularmente en la «maravillosa panorámica» captada con una «cámara pesada de placas» que abre la muestra y que ofrece una visión amplia de Sevilla presidida por la Torre del Oro.
La imagen sirve como primer eslabón de una cadena que avanza primero en el tiempo hacia la Sevilla moderna y luego en el espacio rumbo a otros lugares de la Vía de la Plata. Y, en medio de todo ese poderío de la imagen, la compañía del texto. De los poemas. De Lorca o de Bécquer. De Góngora o de Rosalía de Castro. Sin propuestas azarosas, claro. Todo con un sentido. Como ver intercaladas fotografías antiguas y modernas. En blanco y negro o a color.
«Un reto en este viaje a lo largo del tiempo ha sido también el conjugar pasado y presente de tal manera que hay veces que apenas se aprecian los saltos temporales», recalca Laín, que va repasando cada zona y que va narrando el sentido de las fotografías en su conjunto: «También nos ayuda a reflexionar sobre lo que no se transforma y acerca de cómo las tradiciones perpetúan el pasado de algún modo», añade la comisaria, que se detiene un instante en una imagen tomada por Nicolás Muller: «Este retrato parece que nos está mirando. Sus protagonistas observan al viandante que hace el camino. Son como testigos del tiempo, en cierto modo».
Laín avanza en el recorrido por Extremadura o Salamanca, antes de detenerse en Zamora. Para esta exposición en la Alhóndiga, los organizadores han añadido una parte especial vinculada a la provincia que los acoge. Por eso aparecen por allí las imágenes tomadas por Luis Salvador y José Antonio Pascual. El primero, tío abuelo del segundo, no ejerció profesionalmente como fotógrafo, pero «realizó un valioso trabajo de documentación visual en su entorno más próximo». Su familiar, presente estos días en el montaje, sí vive del oficio de la cámara y da continuidad al legado.
«El de Luis Salvador es realmente un fondo fotográfico maravilloso», asegura Laín, que destaca la idoneidad de incorporar al relato sus imágenes y también las de Pascual. Gracias a esa inquietud, los asistentes podrán observar escenas del pasado y del presente de la provincia en lugares como Villalcampo, Puercas o Andavías. También habrá fotos de José Manuel Báez Mezquita o de autores de fuera que retrataron la vida en Montamarta, San Cristóbal de Entreviñas o varios puntos de Sanabria.
«Hay firmas de gente muy buena, con una calidad maravillosa», insiste Laín, que buceó en los fondos documentales y en su propia experiencia previa para dar forma a esta propuesta. Ahora solo queda que el visitante recorra con pausa el camino para viajar en el tiempo y en el espacio por el oeste que fue, que es y que será.