El Ayuntamiento de Zamora ha dado un paso más para que el Museo de Baltasar Lobo se instale en las dependencias del ayuntamiento viejo, donde ahora se ubica la Policía Municipal. Izquierda Unida y el PSOE, que habían tenido posiciones divergentes en este asunto, se han alineado como equipo de Gobierno para aprobar una modificación de crédito que incluía una cantidad de 2,3 millones de euros prevista para la adaptación del edificio municipal al espacio expositivo.
El punto ha generado el debate esperado, particularmente porque, en la campaña electoral previa a este mandato, el actual teniente de alcalde, el socialista David Gago, había situado como una línea roja este proyecto. Es de sobra conocido que el PSOE no quería el Museo de Baltasar Lobo en el ayuntamiento viejo. La oposición ha recordado esta realidad de manera insistente, aunque el propio Gago ha defendido su postura actual con el argumento de que la mesa de trabajo creada tras la constitución del nuevo Pleno sirvió precisamente para zanjar el debate en favor de la posición de Izquierda Unida.
Antes de eso, el portavoz de Vox, Javier Eguaras, había advertido sobre una situación que también lamentaron más tarde otros representantes de la oposición: la modificación de crédito para el museo iba dentro de un paquete más amplio que incluía inversiones de entidad para pavimentación en los barrios. Es decir, el voto para la inversión destinada al edificio dedicado a Lobo no se podía diferenciar del voto para el resto de los asuntos.
A partir de ahí, centrado en el tema de Lobo, Eguaras criticó que la mesa de trabajo creada al inicio del mandato había resultado un engaño, pues «la decisión estaba tomada». En su caso, Tomé lamentó que el museo vaya a «meterse a toda prisa en un edificio inadecuado». «El ayuntamiento viejo no es la mejor opción», señaló el portavoz de Zamora Sí.
Fue entonces cuando intervino Gago, que remarcó que el espacio de diálogo se creó precisamente para tomar la decisión definitiva: «El grupo de IU sabe que no es nuestra opción preferida. Podríamos decir que no es nuestra competencia y ponernos de perfil, pero gobernar no es hacer lo que uno quiere, sino que implica aceptar que esta ubicación es la única viable en el corto plazo y sostenible en el largo», argumentó Gago.
El turno siguiente correspondió al Partido Popular. En concreto, a Jesús María Prada, que expresó su convicción de que el equipo de Gobierno se equivoca y que anunció el voto en contra «en honor a la palabra dada».
La ubicación y la sostenibilidad
Por parte de Izquierda Unida, intervino Diego Bernardo para explicar la parte económica, pero sobre todo la responsable de Cultura, María Eugenia Cabezas, para ofrecer una amplia explicación sobre los motivos que llevan a su grupo a defender el ayuntamiento viejo. La edil recordó que IU retomó el proyecto que viene de la etapa de la popular Rosa Valdeón, habló de la ubicación «inmejorable» y cargó contra los proyectos «megalómanos» como el del Castillo.
«Es la opción más sostenible en el tiempo y lo más responsable», comentó Cabezas, que consideró que otra cosa sería «un despilfarro de dinero público y un mausoleo de esculturas».
La modificación de créditos salió adelante con los votos a favor del equipo de Gobierno, los votos en contra del PP y las abstenciones del resto.