Varias decenas de zamoranos han participado en la manifestación contra el biogás que se ha celebrado en la mañana de este sábado en Madrid, donde han acudido medio centenar de asociaciones de distintos territorios con un objetivo común: evitar que la industria se implante de forma masiva en el territorio.
El manifiesto de la concentración asegura que estas plantas y la industria del biogás en general no cumplen los requisitos para ser consideradas «energía verde» pues «procesan todo tipo de residuos contaminantes, cadáveres de animales, subproductos de matadero o desechos industriales». El resultado «es un digestato cargado de bacterias y nitratos que se filtra a los acuíferos y acaba en nuestro plato».

En España, lamentan, «no existe ni una ordenación territorial ni una legislación específica que regule estas macroplantas» y abundan en que «nadie sabe qué ocurrirá cuando convivan varios proyectos en pocos kilómetros de distancia». Aún así, denuncian, «las administraciones siguen adelante como si se tratara de una carrera de fondo donde lo único que importa es acelerar aprobaciones para tener dinero público». Además, aseguran, «la administración pública está favoreciendo a empresas privadas, declarando estos proyectos como de interés público para saltarse filtros de inspección, participación ciudadana y ahorrar impuestos» a las empresas. Es habitual, apostillan las plataformas, que los vecinos tengan dificultades para tener acceso a los proyectos que se plantean en sus pueblos.
«El despliegue masivo de macro-plantas de biogás puede convertirse en un desastre ambiental de dimensiones incalculables, comparable a la falta de previsión y mala gestión que permitió que los incendios arrasaran miles de hectáreas en España en los últimos veranos», aseguran las plataformas. La coordinadora nacional de plataformas contra el biogás recuerda que «el futuro está en juego» y defiende la necesidad de «agua potable limpia, tierra fértil para producir alimentos de calidad, aire limpio y saludable y un modelo energético descentralizado, justo y sostenible». «Exigimos respeto al mundo rural, la paralización de los proyectos de biogás y la prohibición de instalar nuevas macrogranjas», concluyen. «No somos tierra de sacrificio».
