“Esta debería ser la primera visita que se realiza cuando un turista llega a Fermoselle”. Julia Sendín es la encargada de la Casa del Parque de Fermoselle, un punto de obligada visita para las muchas personas que cada año se acercan a la localidad de los Arribes del Duero para conocer su historia y, también, la del paraje natural en la que está enclavada. Allí les recibe Julia, encargada de sembrar en el turista la “semilla” del interés por la zona. Una tarea que hace desde el año 2006 con la pasión que salta a la vista.
Lo primero que Julia destaca de la Casa del Parque es su situación. Está situada en el antiguo Convento de San Francisco de Fermoselle, un punto privilegiado si lo que se busca es conocer la historia de la zona. Se trata de un convento que data del siglo XVIII y que ha sufrido una profunda rehabilitación que, eso es noticia en la provincia, ha sido muy respetuosa con la estructura original del edificio. Llaman la atención varias cosas en él, aunque la encargada de la Casa del Parque destaca uno, el “Patio de los Pasos Perdidos”, donde los visitantes pueden resguardarse de los calores del verano y de los fríos del invierno, donde una curiosa fuente permite contemplar a los anfibios que habitan en la zona.
Pero sin duda lo que atrae a los turistas a esta zona concreta de Fermoselle es el Parque Natural. Julia aprovecha para dar a conocer el entorno, la historia de la zona y los principales puntos de interés, desde los arribes y berrocales a las dehesas o la perillanura, pasando por el cañón, que es lo que más impresiona al visitante. Los Arribes del Duero “reúnen, a través de cientos de hectáreas, una interesante flora y fauna” que Julia Sendín se encarga de detallar al visitante.
El día a día deja retos, como el de presentar lo más interesante del parque natural “a una persona que dice que tiene solo unas pocas horas” para verlo. Porque, lamenta Julia, muchas personas “vienen aquí al final de su estancia en Fermoselle, o cuando van de salida hacia su lugar de origen”, lo que inevitablemente hipoteca la visita. “Nos esforzamos en que se vayan con buen sabor de boca”, así que, si solo hay unas horas, en la Casa del Parque se encargan de que estén bien aprovechadas. “Le preguntamos al turista que cuánto tiempo tiene, que hacia dónde va, y en relación a eso le proponemos unas cosas u otras para que pueda aprovechar”. La parte buena de esta visita tardía “es que muchos se quedan con ganas de más”, así que no es raro que algunos repitan.
Homenaje a las gentes de Arribes
La Casa del Parque cuenta además con el llamado “Rincón de la memoria”, que rinde homenaje a las gentes de Arribes del Duero, “verdaderos protagonistas de este parque natural” y un espectacular jardín desde el que se vislumbra desde la zona salmantina a la portuguesa. Una de las últimas salas acoge las exposiciones itinerantes que muestran los principales valores naturales y culturales de los distintos espacios incluidos en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León.
Sobre todo, desde Madrid
Los visitantes, como es habitual en la provincia, proceden mayoritariamente de la Comunidad de Madrid. Catalanes, vascos y los propios zamoranos y salmantinos que quieren conocer la zona completan la mayoría de las personas que pasan por la Casa del Parque.