Zamora conserva la mejor ratio de farmacia por habitante, a pesar de haber perdido nueve oficinas en los últimos diez años. Según las Estadísticas de colegiados y farmacias comunitarias 2024, la provincia cerró el último ejercicio con un establecimiento de esta índole por cada 1.039 habitantes. El adiós a una oficina desde entonces eleva la ratio hasta una por cada 1.044, pero aún así sitúa al territorio en la mejor posición de todo el país dentro de esta clasificación.
La media de España se sitúa en una farmacia por cada 2.187 habitantes, mientras que Ceuta, Melilla o Las Palmas se colocan en el otro extremo con más de 3.000 vecinos por cada oficina abierta. El conocimiento de estos datos se hace pertinente en el contexto del Día Mundial del Farmacéutico, una jornada de reivindicación en la que se ponen de manifiesto tanto las necesidades como las funciones de estos negocios, de quienes los gestionan y de las personas que trabajan en ellos.
En cifras totales, Zamora dispone en estos momentos de 159 oficinas de farmacia: 30 de ellas ubicadas en la capital, 10 en Benavente, 4 en Toro, 2 en Puebla de Sanabria y 113 repartidas por el medio rural. En 2014, los números eran exactamente los mismos para los municipios grandes, pero había 122 establecimientos en los pueblos de menor tamaño. La pérdida desde entonces hay que buscarla ahí. Y no resulta extraño, si se miran otros datos.
En concreto, el más relevante es el correspondiente a las ayudas que reciben las farmacias en situación de viabilidad económica comprometida (VEC). Como su propio nombre indica, se trata de negocios que precisan de un apoyo para paliar su falta de rentabilidad con la venta directa. Son establecimientos que prestan un servicio público en determinada zona, pero que no llegan a la facturación mínima que se contempla dentro del sector.
Pues bien, en el caso de Zamora hay 37 farmacias en esta situación, todas ellas en el medio rural: es un 22,8% del total de las oficinas que hay en la provincia. Apenas en Soria y en Cuenca, el porcentaje de farmacias VEC es superior al de Zamora.
Un sostén para los pueblos
En todo caso, estos negocios funcionan como asidero para los pueblos: «Me lo dijo una señora: cuando nos quiten la panadería y la farmacia, este pueblo se muere. Y es que es verdad», señaló, en un reportaje reciente para este medio, la farmacéutica de Mahíde, Irene Hernández. La línea de todos los profesionales rurales es la misma: cuesta sacar adelante el negocio, pero se da el servicio y existe un componente vocacional clave.
Precisamente, Hernández es una de las farmacéuticas que participa en el programa Facendera, otra forma de atender a los vecinos del medio rural y que consiste en la preparación de la medicación semanal para evitar confusiones que puedan dañar la salud de los usuarios.