La Consejería de Medio Ambiente ha publicado ya la orden que obliga a los ayuntamientos y, en cualquier caso, a los dueños de los montes quemados durante las últimas semanas a ir trabajando en las sacas de madera que se tendrán que desarrollar durante los próximos meses. Lo hace con inusitada celeridad, pues a la temporada de peligro alto de incendios le quedan todavía unas semanas para rematar (mínimo, hasta el 12 de octubre) y hay algunos fuegos de la provincia que el operativo no ha dado todavía por extinguidos por las particularidades del terreno (el de Porto y los dos que se declararon ya en el mes de septiembre en los alrededores de la localidad de Castromil). La orden afecta principalmente a los fuegos de Uña de Quintana, Puercas y al citado de Porto.
Medio Ambiente pone el acento en el pino y ordena comenzar por aquí las sacas de madera. Consideran los técnicos que el riesgo fitosanitario derivado de la existencia de madera quemada y arbolado debilitado será relevante cuando pase el invierno y comiencen a subir las temperaturas, razón por lo que se quiere llegar a primavera con, si no toda, gran parte de la madera quemada ya extraída de los montes. El plazo de ejecución de la orden es hasta el 31 de marzo.
El texto obliga tanto a los ayuntamientos, como propietarios de montes comunales, como a los particulares. El Servicio Territorial de Medio Ambiente de Zamora será ahora el que tenga que canalizar este contrato por los cauces habituales. Se estimarán las hectáreas de terreno quemadas en los incendios, se sacarán pliegos de condiciones para que las empresas interesadas concurran y se cobra una determinada cantidad por extraer la madera, que normalmente se mide en metros cúbicos y que revierte de una manera no íntegra pero sí muy importante en los Ayuntamientos afectados. Así se ha hecho en los últimos incendios y particularmente en los dos de la Sierra de la Culebra, los que más pueden parecerse a los sufridos este verano.
La intención de la Junta es que la extracción sea, en este caso, bastante más ágil que la realizada en el caso de La Culebra, donde fueron necesarios más de dos años para dar por concluida la saca de madera quemada de la sierra. Es de prever que el terreno ayude, porque aunque la cantidad de hectáreas quemadas en este verano en Zamora es muy relevante, el terreno tenía menos árboles y más arbustos que el arrasado en los meses de junio y julio del año 2022.
Los particulares tienen menos burocracia por delante porque no tienen necesidad de presentar solicitud o comunicación alguna ante la Junta, sin perjuicio de que tengan que hacerlo ante otras instancias. Durante estos seis meses y medio tendrán que estar ya fuera del monte todos los árboles de la familia del pino que hayan sido afectados por los fuegos excepto, lógicamente, aquellos ejemplares que presenten un buen estado y que sean señalados por los técnicos del servicio de Medio Ambiente de Zamora. Además, se considera recomendable, aunque no obligado, la corta de frondosas y de otras especies de coníferas para el aprovechamiento del rebrote y la regeneración del monte o cuando se encuentren en zonas en las que, si se queman, puedan propiciar que el fuego salte a las copas. Lo que pretende con esto Medio Ambiente es aprovechar el proceso de saca de la madera para dejar ya un monte más ordenado y limpio.
Durante el último mes, en marzo, se deberá observar si algunos de los árboles que han quedado en el monte presenta un aspecto más decaído del habitual para cortarlo en previsión de que esté enfermo, algo que se deberá hacer «a la mayor brevedad». Las sacas incluyen aquellos ejemplares que hayan quedado a menos de diez metros del perímetro del fuego, que pueden ser atacados por las plagas en caso de desatarse y actuar como canales de transmisión de las enfermedades hacia árboles más sanos.