Unas 200 personas se han movilizado este sábado en Zamora, como respuesta a la llamada de la Coordinadora Feminista, para clamar contra la violencia que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. En un 25-N gélido en la ciudad, los asistentes han expresado su dolor y su rabia por las 95 víctimas del último año y han reivindicado la necesidad de una lucha que cuente con todo el respaldo social e institucional, con el fin de poner coto a una lacra que cuesta una vida cada cuatro días en el conjunto del país.
En el discurso redactado para el acto, la portavoz de la coordinadora, Lola Estévez, ha puesto el acento en el daño que hacen los mensajes que pretenden subrayar que la violencia contra las mujeres no existe: «Decir que esto es un invento resulta cruel e indigno», ha advertido la representante del colectivo, que ha recordado las cifras para resaltar el escenario dramático en el que se mueve España.
«Se están viendo cosas en adolescentes que antes eran impensables»
Lola Estévez
De hecho, para la Coordinadora Feminista, se hace necesario que el movimiento «Se acabó» se asemeje al «Basta ya» que, en 1997, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, echó a la calle a millones de españoles para expresar el rechazo social al terrorismo: «Aquello fue el principio del fin de ETA», ha indicado Estévez.
Antes, la lectura del manifiesto había recordado a los participantes en el acto que la violencia contra las mujeres siempre deja detrás «una historia de dolor», más allá de las cifras. Los nombres de las asesinadas, y de los niños que también han sido víctimas de esa lacra durante este año, se podían leer en los paraguas morados que se distribuyeron por el centro de la Plaza Mayor con motivo de la concentración.
Demasiado «postureo»
La rabia por las muertes dejó en el aire dos preguntas: «¿Por qué no funcionan las medidas? ¿Por qué seguimos contando víctimas?». Y, más tarde, una posible respuesta: «¿No será que se nos llena la boca hablando de igualdad, pero que hay más postureo que voluntad?». Esa fue la reflexión que lanzó en su discurso Estévez, que lamentó las dificultades que encuentran los colectivos para hacer labores de prevención: «No se nos permite entrar en centros escolares», aseguró.
Eso, en un contexto en el que «se están viendo cosas en adolescentes que antes eran impensables», como aseveró Estévez, ya en la atención a los medios: «Hay que trabajar en eso y no poner pines parentales y demás chorradas», recalcó la portavoz de la Coordinadora Feminista, que insistió en que todo esto no terminará hasta que no haya un plante total de la sociedad española.
Tras el discurso, un grupo de mujeres llevó a cabo una performance dirigida por las actrices Sara Incera y Mara Gómez. El acto concluyó con una actuación musical a cargo de Elisa Encinas, Sergio Portales, Javier Martín y Ana Castro.