El 20 de diciembre de 2023 el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta, José Ángel Arranz, acudía a Zamora para anunciar ante los medios que Medio Ambiente ya sabía cuál era el estado general de la quemada Sierra de la Culebra, que se habían identificado las zonas en las que el bosque no estaba siendo capaz de regenerarse por sí solo y que la reforestación comenzaría en primavera del año siguiente, el 2024. Pasó el 2024, el dinero para la reforestación no acabó de llegar y en 2025 la estrategia oficial fue esperar a ver cómo funcionaba la regeneración natural para actuar después en los lugares en los que el bosque no fuera capaz de renacer.
Parece que al fin, tres años después de los fuegos, se han identificado ya las zonas en las que hay que reforestar. 12.000 hectáreas de terreno, según reconoció este martes en las Cortes de Castilla y León el consejero de Medio Ambiente, esperan aún su turno para la reforestación. Suárez-Quiñones puso sobre la mesa el dato en respuesta a una de las muchas preguntas sobre su gestión a las que tuvo que contestar.
Durante este tiempo, justifica Quiñones la tardanza, se ha trabajado en «las sacas de la madera», que se han alargado mucho más de lo que se estipuló, en tratamientos para las plagas y en actuaciones silvícolas. Trabajos que han dado como resultado esta cifra, 12.000 hectáreas por replantar, pero que no son suficientes todavía para dar una fecha referente a cuándo se empezará a trabajar. Debería ser en otoño, el tiempo más propicio para ello, pero no hay certezas.
En la zona no esperan inversiones en breve. Asociaciones como La Culebra No Se Calla aseguraban este verano que en La Culebra no se ha empezado a plantar nada, al menos a gran escala. Y lo mantienen a día de hoy. La Junta habló en primavera de una zona de más de cincuenta hectáreas en la que se plantarían varias especies para, después, seleccionar. Si los planes siguen, la reforestación va para largo. Se ha trabajado en esas cincuenta hectáreas, asegura Lucas Ferrero, de la asociación de La Culebra, pero nada más.
Por lo demás, se ha hecho realmente poco hasta ahora. Se pidió opinión a los ayuntamientos y Ferreras de Arriba, Villanueva de Valrojo y Villardeciervos plantearon que en sus montes comunales se plantaran castaños. Se han plantado algunas hectáreas, pero son muy pocas. Tan pocas que no se puede hablar de reforestación de la sierra, una catalogación que queda muy grande a las actuaciones que hasta ahora se han llevado a cabo.
Los pinos
Mientras, el monte se va regenerando, cierto. Pero lo va haciendo con pinos, muchísimos pinos, pues el terreno que ha quedado, con el fertilizante natural que es la ceniza, es propicio para ello. La Culebra No Se Calla pide a Medio Ambiente que empieza a plantear ya cómo será el monte del mañana y que no espere a los próximos años. Lo que se ha dicho es que cuando los árboles midan algo más se meterán las máquinas para hacer las calles de entresaca. «Pero es algo que se tiene que empezar a hacer antes», dicen desde el territorio. Los pinos empiezan a medir ya cerca de un metro, asegura Ferrero, y el diseño del monte es más complicado cuanto más grandes están los árboles.
Así las cosas, buena parte de reforestación está quedando en manos privadas. La propia agrupación de La Culebra destina buena parte de sus fondos a comprar plantones que después se insertan en la tierra con sus propios medios, tanto mecánicos como humanos. Esté invierno se repartieron entre los ayuntamientos que lo pidieron y, sobre todo, entre particulares, 870 castaños que ya están plantados. De cara a octubre o noviembre hay ya comprados otros 1.500 plantones de castaño que también se están ofreciendo a particulares e instituciones públicas de la zona. Pero el dinero da lo que da y la zona echa de menos aquella inversión millonaria que se prometió y que, de momento, no acaba de llegar a la zona.
