Los grandes incendios registrados en la comunidad autónoma durante este verano, entre el 18 de julio y el 27 de agosto, se han traducido en que más de 141.000 hectáreas de terreno de la región han sido arrasadas por las llamas. Según los datos que ha proporcionado la propia Junta de Castilla y León, se han quemado 652 hectáreas de terreno urbanizado, 11.187 de suelo agrícola, 60.739 de matorral, 9.446 de pastizal, 15.674 de arbolado ralo y 43.433 de superficie arbolada. Esto teniendo en cuenta que hay incendios, sobre todo ya en la provincia de León, que siguen activos y que harán aumentar estas cifras.
Según los números que publica la web Educación Forestal, que lleva a cabo un recuento casi diario de hectáreas quemadas ayudándose de las imágenes del satélite Copernicus, León, con más de 108.000 hectáreas arrasadas (y subiendo) es la provincia en la que más terreno se ha quemado durante este verano. Cerca está Ourense, con más de 104.000 hectáreas quemadas, y después se encuentran Cáceres y Zamora, por encima de las 30.000 (en el caso de Zamora, hay que recordar que aunque el incendio de Molezuelas superara las 30.000 hectáreas quemadas, 7.000 fueron en la provincia y el resto, en León. A estas hay que sumar las 6.000 aproximadas del incendio de Puercas, en Aliste, y el terreno calcinado en el incendio de Porto, que está por concretar pero que se estima en unas 20.000 hectáreas). Entre León, Ourense y Zamora rozan las 250.000 hectáreas quemadas.

Por comunidades, y según la misma fuente, Castilla y León ha visto como ardían en las últimas semanas 164.000 hectáreas de terreno (siempre según estimaciones). Es decir, unas veinte mil más de las que reconocen las fuentes oficiales. Galicia ha sufrido los fuegos en 115.000 hectáreas de terreno y Extremadura en cerca de 50.000. El salto con respecto a la cuarta de la lista (Cataluña, 8.000 hectáreas) es enorme.