Bragança tiene una población de 35.000 personas y aproximadamente el 29% de ellas tienen más de 65 años, según el censo portugués de 2021. Por cada 100 personas menores de 16, el territorio vecino cuenta con 260 por encima de la edad de jubilación, y este segundo grupo de edad ha crecido en un 19% en la última década. Los datos son ligeramente mejores que los de Zamora pero, en esencia, muestran los mismos problemas, unidos como aquí a la dispersión de los vecinos.
El encargado de aportar todos estos datos fue el presidente de la Cámara Municipal de Bragança, Hernani Dias, que intervino este jueves en una de las mesas vespertinas del V Congreso Internacional Silver Economy de Zamora, una provincia española con la que dijo mantener «una relación próxima y muy amiga».
Desde luego, desde el punto de vista demográfico, las realidades sí que son cercanas y muestran que hay patrones que se repiten a ambos lados de la frontera. Dias remarcó, además, que Bragança gestiona un territorio amplio, con la ciudad, una pequeña villa y 114 pueblos que dependen de su gestión: «Tenemos una red de trabajo y de atención a las personas mayores muy completa», apuntó el mandatario luso.
Los servicios disponibles
Entre esos recursos, Dias mencionó la existencia de 16 centros de día con capacidad para 400 personas; cuatro unidades de convivencia para 200 hombres y mujeres; 22 residencias para 831 vecinos; y un servicio de apoyo a domicilio que llega a 730 habitantes del territorio.
Más allá de las cifras, Dias afirmó que Bragança ha diseñado una estrategia que le permite conocer la realidad de cada uno de sus pueblos con el fin de fomentar «la progresiva adecuación de las respuestas a las necesidades de los ciudadanos» desde la óptica de la «cohesión social y el apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad».
El presidente de la Cámara Municipal citó algunos programas en materia de rehabilitación de viviendas, de lucha contra el fenómeno de la violencia que afecta a las personas mayores y algunas líneas de emergencia social, más ahora que las instituciones como la suya han asumido más competencias en esta materia dentro de Portugal.
Dias citó igualmente, entre las medidas más llamativas, el desarrollo del deporte para los mayores o el transporte «totalmente gratuito» que llega desde los pueblos hasta la ciudad. «Hacemos un trabajo muy cuidado para mantener las condiciones de movilidad y accesibilidad de las personas de más edad. Hoy jóvenes, mañana mayores. Los problemas van a ser de todos», zanjó.
La intervención de Ferreira
La secretaria de Estado para el Desarrollo Regional de Portugal, Isabel Ferreira, intervino unos minutos antes de Dias para dejar patente la oportunidad que representan «las personas de más edad» desde el punto de vista socioeconómico, y más en un territorio fronterizo como este.
La dirigente lusa citó igualmente «la importancia de combatir la soledad» y de «apoyar los cuidados de salud, la prevención de la criminalidad o la innovación en iniciativas de apoyo a los ciudadanos», unas medidas que se pueden tomar con la ayuda de programas como el Poctep, que tiene entre sus objetivos «la cooperación para crear condiciones de vida atractivas».
Ferreira opinó que resulta clave «el desarrollo de infraestructuras sociales», así como el mantenimiento de «los sistemas sanitarios y los cuidados «centrados en la proximidad».