“Venid, que os lo enseño”. Jesús Domínguez se acerca a la Peña del Cura, un mirador privilegiado en Pinilla de Fermoselle, y mira el “olivar viejo”, que baja por la pendiente hasta casi llegar a la orilla del río. Junto a la zona que en el pueblo llaman “el Carrascal». Una masa arbolada que, en años de abundancia, puede tener “hasta 20.000 kilos de aceituna, o quizás más, vete a saber”. Este año no es precisamente de eso, de abundancia, pero “si habrá unos cinco o seis mil kilos. O más”. Que, viendo el precio del aceite, es mucho. “Fíjate, con lo caro que está”.
Y ahí se quedarán, porque es imposible bajar hasta allí. Jesús lo dice con bastantes tristeza. Y recuerda que el año pasado bajó un familiar, a por espárragos, “que en esa zona los hay buenísimos” y “en el mes de marzo estaban los olivos todavía a reventar de aceituna, que aquel clima es muy bueno”. Pero nada. “Da mucha pena, pero ahí se quedaron”.
Y es que no hay camino para bajar a por la aceituna con un mínimo de maquinaria que haga la labor menos penosa que la de bajar y subir con burros, como lo hacen los vecinos que todavía aguantan. Cada animal puede cargar unos 70, 75 kilos. No más. Así que la tarea es ardua. La estampa más bien se parece a la de Juan Valdez recogiendo el grano de café de Colombia que a una recolección mínimamente moderna. A muy caro que esté el aceite, cabe preguntarse si de verdad vale la pena recogerlo de no ser por “la pena que nos da” dejar el fruto en el árbol.
La situación es mejor en Portugal
Desde la Peña del Cura, donde Jesús hace esta visita guiada en la distancia, el hombre mira con envidia al otro lado del Duero. En Portugal, como él y su familia, también están recogiendo la aceituna. Pero nada que ver. A pocos metros por encima del nivel que marca el Duero se ve a una cuadrilla trabajando con maquinaria. Eso sí parece una recolección. El olivar está arreglado, las condiciones de trabajo son visiblemente mejores. Hay un tractor. “Tienen caminos para llegar hasta allí”. Como es normal. A este lado del Duero no hay de eso. “A ver por qué, tanto parque es aquello como esto”.
Hace unos años los vecinos intentaron acondicionar un camino para bajar a recoger la aceituna, pero Medio Ambiente paró la intentona y se llevaron una sanción. Paraje protegido, ya se sabe. Ahora, afortunadamente, los dirigentes del parque han dado el visto bueno a que se pueda hacer “un caminito” pequeño por el que difícilmente entraría un tractor. No es mucho visto desde fuera, pero sí visto desde Pinilla de Fermoselle, porque ahí son conscientes de que, si la zona no se acondiciona pronto, esos olivos se perderán definitivamente. “Ahí con burro ya no baja casi nadie, con los años que tenemos, no podemos ya”.
«Ahora no hay dinero»
El camino en cuestión supone una inversión de 12.000 euros. “Y ahora nos dice el alcalde mayor que no hay dinero”. El alcalde mayor es José María Nieto, de Villar del Buey, municipio al que pertenece Pinilla. “12.000 euros”, repite varias veces Jesús Domínguez, “y por no hacerlo se va a quedar ahí todo eso, desaprovechado. Para otras cosas sí hay dinero. Para reparar fuentes de ganado sí gastan. ¡Pero si ya no hay ganado!”.