Un grupo de ornitólogos y aficionados a la observación ha revelado la existencia de un episodio de alta mortandad de aves en la reserva de las Lagunas de Villafáfila y en algunos humedales cercanos. Las especies afectadas son todas anátidas. Es decir, animales como el tarro blanco, el ánsar común o el ánade azulón y el friso, junto a otra media docena de aves no identificadas. La Salina Grande aparece como el lugar en el que está realidad se está percibiendo de una forma más nítida.
Los ornitólogos señalan que la zona ha vivido este año «una contaminación severa por la extrema proliferación de algas» debido, «con pocas dudas», a los altos índices de nitratos y fósforo que llegan a la cuenca lagunar desde las explotaciones agrícolas cercanas. Los expertos entienden que «el uso masivo, indiscriminado y sin control de abonos, tantos químicos como naturales», en la comarca puede estar detrás de esa circunstancia.

Ante ese panorama, los observadores manejan la teoría de que la zona pueda encontrarse ante un brote de botulismo, como ya advirtieron hace algunas semanas, aunque no se descartan otras alternativas como un episodio de gripe aviar. Según los ornitólogos, los técnicos de la Junta de Castilla y León ya han tomado muestras para analizar qué es lo que está sucediendo en la zona para que se esté produciendo «una aparición masiva de cadáveres» de estas especies.
Además, con el final de la temporada de reproducción de las aves que usan la reserva para criar y con el efecto que tiene el verano en algunas de las lagunas, hay especies que se dispersan en busca de otros puntos con agua y que acuden inicialmente a los más cercanos. Se trata de pequeños humedales, pero también del embalse de Ricobayo.
Según la teoría de los ornitólogos, esa es la causa que podría haber provocado la aparición de aves muertas en términos como los de San Cebrián de Castro, Fontanillas de Castro o Montamarta, donde se han hallado cadáveres de especies como el ánade azulón, la cigüeña blanca o la garza real. Para los expertos, además, lo encontrado «seguramente sea solo la punta del iceberg», pues muchos de los cuerpos no se encuentran nunca «por diversas circunstancias».

«Una agricultura cada vez más industrializada»
Para los observadores, si finalmente se confirma el brote de botulismo, «debería ser suficiente para que la Administración tome medidas y comience a tomarse en serio la conservación de los humedales que están más expuestos a la acción de una agricultura cada vez más industrializada».
Los propios ornitólogos recuerdan que, «sin ir más lejos, hace pocos días, un ayuntamiento de la provincia, concretamente Monfarracinos, promulgaba un bando desaconsejando el consumo del agua doméstica por exceso de floruros en el suministro». «Esto no es más que otra consecuencia de ese uso sin control de abonos en agricultura. O volvemos a una agricultura más sostenible y tradicional o nuestros ecosistemas y nuestros pueblos están abocados a una pérdida de biodiversidad sin precedentes y a dejar de poder consumir el agua que llega a nuestras viviendas», advierten los expertos en aves.