Fermoselle pide ayuda a su población para construir el nuevo consultorio… como ya hiciera antes. La propuesta planteada por el Ayuntamiento de la localidad, que indica que serían necesarios 100.000 euros extra a mayores de los que ya han puesto sobre la mesa el propio Consistorio y la Diputación para construir el nuevo consultorio en las antiguas escuelas, va en la línea de otras campañas similares que se han llevado a cabo en Fermoselle a lo largo de las últimas décadas. «Hay gente que se lo está tomando como algo nuevo pero la realidad es que, en este pueblo, las aportaciones populares para obras que son necesarias se han hecho siempre», asegura su alcalde, José Manuel Pilo.
La memoria más antigua lleva a los años 50 del siglo pasado, cuando los vecinos del pueblo pusieron dinero de su bolsillo para que Fermoselle tuviera agua corriente de calidad. El suministro llegó al pueblo del Tormes, y no del Duero, por estar más limpias las aguas del primer río, y se lograron salvar los 300 metros de desnivel gracias a una obra que el pueblo consideraba necesaria y para la que no llegaba con la subvención que en aquel momento puso sobre la mesa el Gobierno central. Se pusieron a disposición cinco fuentes, se habilitó una bomba de sesenta caballos hasta un depósito intermedio y otra para acabar de subir las aguas, y el agua comenzó a salir por los caños de las plazas de Santa Colomba, Calvo Sotelo (ahora, la Plaza Mayor), Sanjurjo, Sagasta y carretera de Zamora.
De los dos millones de pesetas que costó la obra, recuerda Pilo, el Estado puso sobre la mesa 800.000 y el resto lo costeó el Ayuntamiento de Fermoselle, buena parte gracias a aportaciones populares de ciudadanos de Fermoselle y, sobre todo, de emigrados a América. En su conjunto, los emigrantes enviaron a su pueblo natal, que entonces tenía más de tres mil habitantes, casi medio millón de pesetas, la mayoría de Cuba, Argentina y Chile. Los fermosellanos residentes en el pueblo aportaron más de 50.000 pesetas para que hubiera agua corriente de calidad junto a sus casas.
El segundo ejemplo hay que buscarlo en la década de los ochenta con la construcción de la residencia para mayores del pueblo, ahora de actualidad por la decisión de Cáritas de dejar de gestionarla y «externalizar» el servicio. Los fermosellanos, emigrantes y residentes en el pueblo, aportaron entonces más de tres millones de pesetas para levantar el centro, que se construyó gracias a los 53 millones de pesetas que aportó la familia Regojo, que da nombre a la residencia, y a la aportación posterior del Ministerio de Asuntos Sociales.
El último ejemplo es reciente y hay que buscarlo en la iglesia, pues el pueblo se ha implicado de forma importante en la restauración del órgano, una pieza única del siglo XVIII obra de José Liborna de Echevarría. Hablando en números redondos, restaurar el órgano de la iglesia de Fermoselle ha supuesto un gasto de 120.000 euros. La mayoría, 100.000, los ha aportado la Diputación de Zamora y el resto, algo más de 20.000, los puso sobre la mesa la Fundación Conchita Regojo, radicada en la localidad, recogidos gracias a aportaciones de entidades, vecinos y simpatizantes. Y, gracias a este dinero, el órgano se ha restaurado, aunque los fermosellanos aún no pueden disfrutar de él y permanece embalado y desmontado en la sacristía, esperando a la construcción de una peana de madera que cuesta más de 30.000 y que, de momento, no hay quién financie.
La cuestión del consultorio
Volviendo a la cuestión del consultorio médico del pueblo, la idea es construir uno nuevo en las antiguas escuelas. Pero el alcalde, José Manuel Pilo, recuerda en declaraciones a este periódico que el de Fermoselle no es un consultorio al uso, pues da servicio a los vecinos de la localidad y también a los cuatro pueblos cercanos, anejos de Villar del Buey. Son Cibanal, Formariz, Fornillos y Pinilla de Fermoselle. «Atiende a una población que vive en varios puntos de la comarca, no solo en Fermoselle. Los médicos y las enfermeras atienden a vecinos de esos pueblos», redunda Pilo, dejando entrever que la intención del Ayuntamiento es que Villar del Buey se implicara también con el nuevo centro.
El consultorio actual es viejo y está infradotado, el equipamiento está obsoleto y hay cuestiones que ahora serían impensables, como que las dos salas de enfermería ni siquiera tengan ventilación. La zona de espera es diminuta y el área en el que realizan actuaciones como las extracciones «no reúne las condiciones mínimas necesarias», insiste Pilo. Fermoselle ha puesto estas cuestiones en conocimiento de la Junta y asegura que insistirá porque lo que hay en el pueblo es «prácticamente un centro de salud» y es la Junta la que tiene las competencias sanitarias.
El alcalde insiste, por lo demás, en que Fermoselle es una localidad con 1.200 habitantes censados y que llega a multiplicar por cuatro su población durante los periodos vacacionales, como ahora sucede en el mes de agosto. «Lo que se necesita aquí es atención sanitaria las 24 horas», asevera el alcalde, «y es eso lo que nosotros siempre vamos a reivindicar».