Zamora ocupa el puesto 313 de 638 dentro del Índice de Diseño Urbano Saludable (IDUS) del Instituto de Salud Global de Barcelona para las zonas urbanas pequeñas de Europa. Básicamente, el estudio evalúa en qué medida favorece a la salud la forma en la que está configurada una ciudad, para lo que examina trece indicadores y establece una puntuación asignada a cada uno de ellos. La capital de la provincia aprueba por los pelos en la media final: 5,13 sobre 10.
Por empezar por lo bueno, el estudio, publicado a mediados de junio de este año, da un notable alto a Zamora en compacidad. Es decir, en la concentración de edificios y el desarrollo urbano amable. La ciudad también está por encima del siete en lo tocante al efecto «isla de calor urbano». Es decir, que no acumula temperaturas especialmente elevadas en relación a sus zonas circundantes a causa del asfalto, los bloques de viviendas o la falta de vegetación.
Además, entre los indicadores que aparecen en verde dentro del gráfico de Zamora también se encuentran los dos relacionados con la calidad del aire. Tanto el que mide la contaminación como tal, como el que evalúa la exposición a partículas dañinas. En ambos casos, la ciudad se encuentra en una buena posición, según el Instituto de Salud Global de Barcelona.
Las buenas noticias terminan con el llamado desarrollo de mediana altura. Cuatro de cada cinco edificios de Zamora tienen cinco o seis plantas, un tamaño adecuado, según los parámetros del análisis, que empieza a poner pegas a partir de ahí con indicadores que llaman la atención. Por ejemplo, el de las oportunidades de caminar.
Se ha convertido en un lugar común decir que en Zamora se puede ir andando a cualquier parte, pero el análisis estima que podría hacerse de una forma más cómoda. Según el estudio, en la capital de la provincia, solo existe un 13,11% de infraestructuras para caminar en relación a la longitud total de las carreteras. Ya hay obras en marcha en estos momentos para tratar de equilibrar un poco ese porcentaje.
Las zonas verdes
Tampoco le da buena nota el estudio a Zamora en lo tocante a las zonas verdes. En ninguno de los tres indicadores vinculados a este asunto. En todos, la ciudad se sitúa en una posición media, con un amplio margen de mejora. Según el análisis, solo la mitad de los vecinos del municipio vive en una zona que cumple los valores objetivo del llamado índice de vegetación, mientras que apenas un 45% tiene un espacio verde de, al menos, media hectárea a 300 metros o menos de su domicilio.
En la misma línea, tan solo un 42% de los zamoranos puede llegar a un espacio verde de, como mínimo, cinco hectáreas en un radio a dos kilómetros de su casa, un dato que el estudio considera mejorable.
Finalmente, los dos parámetros más problemáticos según el estudio tienen que ver con las oportunidades para ir en bicicleta y en transporte público. En el primero de los casos, solo existe un 2,8% de infraestructura ciclable en relación a la longitud de las carreteras, mientras que, en el segundo, apenas uno de cada cuatro vecinos tiene acceso a una parada de autobús en un radio ubicado a menos de 300 metros de su domicilio.