El problema de la vivienda va camino de enquistarse entre los jóvenes, sino lo ha hecho ya, con unos precios que no paran de subir y con unos sueldos que no son capaces de hacerlo con la misma fuerza. Los datos de salarios que elabora la Agencia Tributaria y los de los precios de los alquileres que ponen sobre la mesa las principales plataformas dedicadas al negocio (en este punto, no hay datos oficiales fiables) indican una realidad que avanza a dos velocidades. Y eso está dejando, como alertaba esta misma semana el Consejo Económico y Social de Castilla y León, a amplios sectores de la población sin posibilidades reales de emancipación.
Los números dicen lo que dicen. Los salarios de la población que tiene entre 26 y 35 años, que puede ser a la vista de las estadísticas la que tenga más en mente salir de casa de los padres para empezar a vivir por su cuenta, han aumentado desde el año 2015 de forma sensible. Los datos de Hacienda, que se elaboran con la declaración de la renta de los contribuyentes, atestiguan que este segmento de la poblacion gana ahora un bruto de 17.483 euros al año. No puede decirse que sea un gran salario, pero ya es bastante si se compara con los 12.840 euros brutos al año que tenían estos mismos jóvenes en el año 2015.
Un incremento salarial del 36%, en términos porcentuales. ¿Mucho? Depende de lo que pueda hacerse con él. En el caso de los alquileres, es poco. En la capital, con datos del portal inmobiliario Idealista, el metro cuadrado de suelo en alquiler está ahora en 7,5 euros por los 4,4 de hace una década. Un incremento del setenta por ciento, justo del doble que el que han experimentado los sueldos. En otras palabras: ganando menos, era más fácil independizarse en 2015 que ahora.
En cambio, comprar una vivienda es más asequible porque los precios apenas han experimentado variación, lo que circunscribe, por lo que refiere a la ciudad, el problema de la vivienda al alquiler. El metro cuadrado de un inmueble usado, que ahora cotiza a unos 1.300 euros como término medio en la ciudad, está en unas cifras prácticamente idénticas a las de hace una década. El coste de la vida, en términos totales, ha subido un 26% en este periodo, con datos del INE.
El Observatorio de la Emancipación puso también sus cifras a la realidad de la vivienda y asegura, lo ha hecho en un informe presentado este mismo martes, que el esfuerzo necesario para que una persona joven adquiera su primera vivienda ha repuntado de forma intensa en la provincia de Zamora en el último año. Según los datos del Observatorio de la Emancipación, dependiente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, los jóvenes de la provincia deben destinar al pago de la hipoteca cerca del cuarenta por ciento de sus ingresos si lo que quieren es comprarse una casa por sí mismos, sin necesidad de estar en pareja.
El informe dejaba dos conclusiones: que comprar es una opción financieramente más rentable que alquilar (siempre que se tenga el colchón económico previo, claro) y que, si no se quiere caer en el sobre endeudamiento, no queda otra que compartir piso ya sea con la pareja o con otras personas. Así, la emancipación en solitario es, para muchos jóvenes, una quimera.