Zamora ya se prepara para la primera acción reivindicativa conjunta posterior a la reorganización ferroviaria de Renfe. Tras las manifestaciones previas, en Otero y en la capital, que no sirvieron para torcer el brazo del operador ferroviario, la ciudadanía está convocada este martes 17 de junio a un paro total de cinco minutos en sus actividades. La idea es que todos los vecinos, en cada rincón de la provincia, dejen lo que estén haciendo entre las 12.00 y las 12.05, y se detengan para expresar su rechazo a la supresión de servicios ferroviarios.
La intención es que la actividad en los bares, en las tiendas, en los bancos, en los centros escolares, en las instituciones, en todos lados, cese por unos minutos como acto simbólico de rebeldía contra la decisión de Renfe de eliminar las paradas que permitían llegar a los trabajadores a sus puestos de trabajo en la comarca o marchar a primera hora desde Otero en dirección a Zamora o a Madrid.
El paro, acordado en el seno de la reunión conjunta mantenida por los partidos políticos y por los agentes sociales y económicos en la Diputación Provincial, durará cinco minutos en el territorio en general, pero podría estirarse hasta los diez o hasta los quince en algunos de los lugares más afectados, donde los ayuntamientos también están planeando concentraciones en un punto determinado de sus pueblos para hacer más visible la acción reivindicativa.
Es decir, no solo se frenará la actividad de forma individual, sino que la gente de la localidad se unirá durante ese rato. Así ocurrirá, por ejemplo, en los dos principales núcleos de la zona de la Carballeda, una de las más afectadas. En Mombuey, los vecinos se juntarán al pie del Ayuntamiento; en Villardeciervos, en el mismo punto donde este domingo arrancó una manifestación que sirvió para recordar el daño de los incendios de hace tres años y para advertir del golpe que supone ahora la supresión de los trenes.
En esa movilización estuvieron presentes también los alcaldes de Galende y de Puebla de Sanabria, aunque en estos casos, de momento, no se plantea buscar una ubicación concreta para unir a los pueblos. Eso sí, ya el mero hecho de parar tendrá influencia. No hay que olvidar que, en estos municipios y en una semana de mucho calor, ya se percibe un incremento del turismo vinculado al Lago. Detener la actividad comercial en las cabeceras de los ayuntamientos o en El Puente a media mañana supondrá ya una llamada de atención.
«Se tiene que ver que no somos dos, que somos miles», clamó este domingo, en la manifestación de Villardeciervos, el sindicalista José Manuel Soto, que advirtió que la comarca sigue movilizada, más allá de que la cita de este 15 de junio no fuese tan multitudinaria como las anteriores. Aún así, hubo gente que se desplazó desde sus pueblos, que este martes volverá a visibilizar su enfado y que no tiene intención de abandonar la lucha. Y no son personas con una imagen particularmente radicalizada.

«Esto ha destrozado mucho»
Por ejemplo, en la manifestación de este domingo, estuvieron presentes con su pancarta unos jubilados residentes en Anta de Rioconejos, un anejo de Rosinos de la Requejada que se encuentra a unos diez minutos en coche de la estación Sanabria Alta Velocidad: «Esto era vital para la zona», advirtió uno de ellos, Iñaki Huerta, que constató lo que todo el mundo viene diciendo por aquí desde que se anunciaron los planes de Renfe: el tema de los médicos, de los enfermeros, de los profesores o de la gente que trabaja en los bancos.
«Estaba revitalizando un poco la zona y era una forma de luchar contra la despoblación», insistió Huerta mientras, a su lado, Consuelo Anta lamentó la suerte de «la España olvidada» en la que residen estos vecinos desde que se jubilaron. Su retorno es el de otros muchos. «Es la primera vez que hay tanta movilización», remarcó una tercera vecina, Maite Martino, que lanzó una advertencia para quien la quiera escuchar: «La gente no va a parar, esto ha destrozado mucho».