Casi cuatro mil trabajadores que tenían que haber visto su convenio colectivo renovado este año ven que el ejercicio se acaba y que sus condiciones salariales son idénticas a las que tenían cuando empezó el año. Algo siempre lesivo pero más en estas circunstancias, en las que el incremento de los precios lastra de una forma significativa la capacidad de compra de los trabajadores. El IPC general ha aumentado un 3,7% este año en Zamora, pero los alimentos básicos se han disparado un 10,8%.
Los datos difundidos por el sindicato Comisiones Obreras son tajantes. En Zamora había pendientes para el año 2023 cinco convenios colectivos sectoriales que afectaban a las condiciones de trabajo de 13.490 trabajadores. Hasta la fecha, según el sindicato, se han firmado tres. Los más importantes, eso sí, porque engloban a casi diez mil empleados. Los tres que quedan dejan en el aire las condiciones laborales de algo más de 3.700 personas, apostillan desde Comisiones Obreras.
La cuestión es que, desde la implantación en la comunidad del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, poco se ha hecho en la comunidad. De hecho, lo que parecía un aldabonazo para mejorar el ritmo de la negociación colectiva se ha convertido en un fiasco para muchos trabajadores, que ven que sus condiciones no mejoran a pesar de los acuerdos que se firman en las esferas más altas
Lo que dice el acuerdo
En 2023 la subida salarial pactada en el AENC era del cuatro por ciento, subida que en muchos casos no se ha cumplido y se ha quedado por debajo. Si el IPC de diciembre de este año es superior al cuatro por ciento habrá que añadir, a partir del 1 de enero del año que viene, un punto más, a los que hay que sumar otros tres como consecuencia del incremento pactado para el año 2024. Para 2025, misma maniobra.
La «trampa», como siempre, está en la letra pequeña. «Las partes negociadoras deberán tener en cuenta las circunstancias específicas de su ámbito para fijar las condiciones salariales, de tal manera que la aplicación de las directrices anteriores se podrá adaptar a cada sector o empresa». Esto es, no es obligatorio cumplir el acuerdo y una de las partes (suelen ser los empresarios) puede argumentar que la situación económica no permite mayores alegrías salariales. Eso es, precisamente, lo que pasa en Zamora.