Los coches, a kilómetro o kilómetro y medio; el sol, en todo lo alto. Pero la indignación más arriba todavía. Los sanabreses caminaron y sudaron, pero protestaron. Lo hicieron fuerte para hacer saber que la decisión de Renfe de quitarles de facto la alta velocidad ferroviaria en las horas clave les tiene soliviantados. Por decirlo de forma fina. Los vecinos están lo suficientemente enfadados como para que 3.000 de ellos hayan ido este sábado a la estación de Otero para rugir contra los que mandan.
El aparcamiento de la estación se llenó minutos antes del mediodía con vecinos de todo el año, población vinculada llegada para la ocasión y políticos de todo signo, incluidos muchos del PSOE, que entienden que la decisión de Renfe penaliza gravemente al territorio. Hubo voces, pancartas, gritos de «Sanabria no se vende», clamor contra el presidente del operador ferroviario, el alcalde de Vigo y los políticos de Madrid. Y luego un discurso para todos: el que pronunció el sindicalista de Cional José Manuel Soto.
No hay que olvidar que era la Alianza UPA-COAG la que convocaba, así que fue Soto el que habló. Lo hizo como es costumbre en él, con vehemencia. Sin mucho hilo, pero con palabras claras: «Que se enteren los que se tienen que enterar», avisó desde el principio el portavoz, que recordó al recientemente fallecido y también sindicalista, Pedro Fernández, y que habló por él y por los demás para advertir: «O nos movemos o no se consiguen las cosas».
Soto alentó a las masas, pero también señaló culpables: «El señor de Vigo y ese pijotero de Renfe», apuntó el portavoz, en referencia al alcalde de la ciudad gallega, Abel Caballero, y al presidente del operador ferroviario, Álvaro Fernández Heredia: «Me va a decir a mí ese señorito que no tienen derecho los viajeros a parar en Sanabria», deslizó el sindicalista, que calificó a Caballero de «fantasma» y que le citó directamente: «¿Qué quieres? ¿Un tren para ti solo? ¡Olé tus cojones!».
Soto celebró ver la plaza llena y apeló a la unidad: «Juntos no nos para ni Dios», resaltó el encargado de mandar el mensaje común, que insistió en que Renfe «está tiempo de rectificar». «Estamos en horas de máxima tensión, el lunes habrá reuniones, pero aquí está la base, aquí está la fuerza», sostuvo el vecino de Cional, que reclamó apoyo para el alcalde de Puebla, José Fernández, uno de los encargados de llevar la voz cantante en la negociación.

«Hay que moverse antes de»
«Si no hay una resolución positiva, el mensaje es que la guerra va a continuar, y cada vez va a ser más fuerte», abundó Soto, que recordó que «aquí nadie va a regalar nada». «Hay que moverse antes de», remachó el sindicalista, que dejó claro que puede haber medidas más contundentes: «Hoy es todo pacífico, aquí con mucha gente. Igual otro día es una espantada que con cuatro llega». Quien quiera entender, no tiene problema.
Al cierre, los 3.000 se dispersaron por la carretera en el camino de regreso a sus coches. La cifra supone que el equivalente a más de la mitad de la comarca estuvo en Otero. Ahora, la pelota queda en el tejado de otros. Está claro lo que pide Sanabria.