El Ayuntamiento de Zamora aún aspira a que la obra de ascensor y pasarela en la cubierta de la Catedral pueda ser cubierta con fondos europeos. Los trabajos debían estar finalizados el 31 de diciembre de 2025, pero eso no va a suceder, así que el objetivo es ahora que estén rematados el 31 de marzo del año que viene, cuestión que se antoja también casi imposible.
La licitación ha quedado desierta después de que la única empresa que se ha mostrado interesada, Rearasa, no presentara la documentación que se le ha requerido. El plazo de ejecución de la obra es de nueve meses desde la firma del acta de replanteo y lo más normal el que la obra no esté adjudicada antes del verano. Aún acelerando plazos y obra, acabar en el primer trimestre del año que viene es difícil.
El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, asegura que el Ayuntamiento se está encargando de hablar con empresas locales para presentarles el proyecto e intentar que presenten su candidatura a un futuro proceso de adjudicación. «Queremos volver a licitar con garantías. Si no es posible, se sacaría con más dinero». Guarido encuadra la ausencia de empresas licitantes en el gran volumen de obra pública que hay en España, Castilla y León y, fundamentalmente, en Zamora. «Hay empresas que no pueden asumir más trabajos», dice el alcalde. A esto, siempre según Guarido, se suma la complejidad de la obra.
Lo que parece que sí se hará en plazo es la pavimentación y acondicionado de la trasera de la Catedral, proceso al que se ha presentado una empresa licitante, que será propuesta como adjudicataria.