
En estos últimos días, la cuestión de los estacionamientos en la ciudad ha vuelto al ruedo del debate público debido a las declaraciones del Grupo Municipal Popular, que continúa con su estrategia política agazapada y de apariciones mediáticas ocasionales, complementada por sus intervenciones del día de la marmota en los plenos en los que desde el equipo de Gobierno continuamos dotando de crédito a nuevos proyectos para proseguir con la transformación de nuestra ciudad, invirtiendo millones de euros en mejoras del espacio público y nuevas infraestructuras, al tiempo que el Ayuntamiento continúa recaudando más dinero por el impuesto de actividades económicas (aumenta el número de empresas) y la población de la ciudad continúa creciendo.
En esta ocasión, la intentona de polemizar ha surgido a raíz del proyecto presentado de ordenación vial y recepción turística de la plaza de San Julián del Mercado, un entorno que continuará prestando servicio como zona de estacionamiento próxima a la plaza Mayor, con unas aceras en buenas condiciones, espacios para personas con movilidad reducida, motos y autobuses para turistas, pero sin presentar la estampa caótica y sin señalización horizontal que muestra a día de hoy -proyecto cuya presentación ha sido cubierta desde una perspectiva amarillista por ciertos medios, de cuyo nombre no quiero acordarme-. Al mismo tiempo, a día de hoy ya se encuentra contratado y en desarrollo el estudio de viabilidad del futuro parking subterráneo de Puerta Nueva, un espacio conseguido gracias a la voluntad común de trabajo y buena comunicación existente entre los responsables del Obispado y los que formamos parte del Ayuntamiento, y que dotará a la ciudad de 300 nuevas plazas de estacionamiento.
Es curioso el posicionamiento -insisto en que ocasional, ya que su estrategia preferida es mantenerse silenciosamente agazapados- del Grupo Municipal Popular, definido por el sabio refranero popular como «estar en misa y repicando», ya que si se interveniene para regular el estacionamiento en una plaza anárquica está mal, pero si se proyecta el aprovechamiento de un vial infrautilizado para crear un centenar de plazas de estacionamiento en La Vaguada también está mal, e intentan montar para detenerlo un «Gamonal» light a las puertas de las pasadas elecciones.
Las elecciones evidentemente no las ganaron, y por ello los entornos de La Vaguada y Los Almendros cuentan a día de hoy con dicho centenar de plazas gratuitas (muy próximas al centro de la ciudad) y con un gran vial peatonal con bancos, jardineras, papeleras y vallado delimitador de seguridad. Un compromiso electoral más cumplido por el equipo de gobierno de Izquierda Unida, que sin duda ha demostrado ser un éxito con el paso del tiempo. Atrás queda la agitación preelectoral, fracaso de los populares (y otros).
Además de La Vaguada, el proyecto de urbanización de la calle Villalpando y Ferrocarril dotó al entorno de casi otro centenar de plaza gratuitas, también próximas al centro de la ciudad. En este mismo sentido, en el actual mandato ejecutaremos nuevos proyectos de estacionamiento en superficie que daremos próximamente a conocer, y que ya tenemos previstos y proyectados (algo que ocurre cuando se tiene un idea clara y definida de qué ciudad presente y futura queremos, y no se asoma la cabeza «de guindas a brevas» para hacer declaraciones a la virulé).
Respecto a la renuncia a la ejecución de un aparcamiento en superficie en la parcela del Obispado en Puerta Nueva, este resultó técnicamente inviable por cuestiones de accesibilidad y diferencia de cotas. Ante este hecho objetivo, y en diálogo operativo entre instituciones, se optó por proyectar un nuevo campo de fútbol siete en dicho espacio (donde contigua existe otra instalación deportiva), un proyecto cuya redacción está a punto de finalizar (acto y seguido se iniciará la licitación) y que responde a la demanda de más campos de fútbol por parte de los clubes. Al mismo tiempo, continuamos proyectando la construcción de nuevos campos que, si no ven la luz en el actual mandato, quedarán proyectados para el siguiente, en un nuevo ejercicio de responsabilidad por parte del equipo de Gobierno de dejar las estanterías llenas de proyectos esté quien esté en la Casa de las Panaderas a partir de 2027, a diferencia de la situación legada previo 2015 por los anteriores equipos de gobierno del Partido Popular, donde la institución municipal se encontraba yerma de proyectos y con la deuda económica por todos conocida.
También, si la carga de trabajo existente en el servicio de Obras lo permite, dejaremos sentados los cimientos proyectivos de ejecución de un nuevo polideportivo en el barrio de Vista Alegre, con mayor capacidad que el Ángel Nieto y más espacios para otras competiciones deportivas de gran importancia para la ciudad como lo son el baloncesto o el balonmano, de igual forma que se han ejecutado nuevos espacios para otras prácticas deportivas en el tiempo transcurrido en los tres mandatos en los que los equipos de gobierno de Izquierda Unida continuamos mejorando las infraestructuras de la ciudad.
En definitiva, la ciudad contará con nuevos espacios de estacionamiento, campos de fútbol e infraestructuras para otras prácticas deportivas, al tiempo que se han mejorado las existentes (Ángel Nieto, pabellón Manuel Camba…).
Mientras tanto, los populares del «efecto óptico» (obra chapuzera del puente de Puerta Nueva cuya intervención actual en dos fases costará a los zamoranos en torno al millón de euros) continuarán intentando polemizar con temáticas que piensan pueden proveerles de rédito político, al tiempo que aguardan silenciosamente el que creen será su momento y que, si los zamoranos siguen apostando por el buen hacer, no llegará. Mientras tanto, el equipo de Izquierda Unida continuará desarrollando nuevos proyectos para Zamora, resolviendo todas las chapuzas inservibles legadas por los gobiernos del Partido Popular (fuentes inoperativas de San Ildefonso, pequeña de La Marina y Sillón de la Reina, espacios libres de uso público que debieron ser jardines o zonas de esparcimiento y que nunca lo fueron… y un largo etcétera), combatiendo la corrupción y fiscalizando los contratos de servicios como nunca antes se había hecho, con la repercusión económica positiva que ello entraña para las arcas municipales, al tiempo que la ciudad continúa en un ciclo económico positivo.
Formas y formas de hacer política. Cuestión de prioridades.