El cura zamorano Javier Prieto ha fallecido este miércoles, de forma repentina, a los 38 años de edad, según ha confirmado la diócesis. El religioso se había ordenado sacerdote hace poco más de dos meses, el pasado 22 de febrero, y su pérdida ha supuesto un fuerte impacto en el entorno eclesiástico.
«Su paso por el ministerio sacerdotal fue breve, pero marcado por una entrega generosa y un compromiso pastoral profundamente enraizado en su historia personal y vocacional», han remarcado los responsables de la diócesis en relación a la trayectoria del cura nacido en Fuentesaúco y criado luego entre Galicia y Madrid.
Su pasión por el patrimonio y la historia le llevó a Salamanca, donde cursó un máster en Patrimonio Cultural. Esta formación fue el punto de retorno a su tierra, donde se implicó activamente en la vida cultural y religiosa, especialmente en la Junta Pro Semana Santa de su localidad natal.
A lo largo de esos años, su implicación en diversos ámbitos pastorales fue despertando y consolidando su vocación. A pesar de que en 2014 se trasladó nuevamente a Madrid para trabajar en el sector de la consultoría financiera, «el deseo de entregarse plenamente al servicio de la Iglesia fue madurando con fuerza e inició formalmente un proceso de discernimiento vocacional que se tradujo en su ingreso en el Seminario Mayor de Zamora».
Durante su formación teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca y en el Teologado de Ávila, Javier se integró en distintas comunidades parroquiales donde ejerció su pastoral como seminarista: San Lorenzo en la capital, las parroquias rurales del entorno de Sanzoles y Fuentespreadas, así como en Benavente. Tras concluir sus estudios en 2021, asumió la tarea de formador en el Seminario Menor.
Desde enero de 2022 desarrolló su labor pastoral en la comarca de Aliste y en paralelo cursó su licenciatura en Teología Dogmática en la UPSA. Fue ordenado diácono el 11 de marzo de 2023 por el obispo Fernando Valera, en su parroquia natal. En el ejercicio de su diaconado, prestó servicio en Aliste y trabajó en varios centros educativos, como los colegios Corazón de María, San Vicente de Benavente y Amor de Dios de Toro. Finalmente, en septiembre de 2024, comenzó su ministerio sacerdotal en las parroquias de Toro y su Alfoz.
Últimas tareas
Recientemente había asumido tareas en el ámbito de la comunicación diocesana. «Su inesperada partida nos deja un testimonio de fe madura, cultivada en lo cotidiano; una vocación tejida entre el compromiso, la búsqueda intelectual, la pasión por la cultura y el amor a la Iglesia», ha remachado la diócesis