«Nos han dejado tirados». La responsable de una de las librerías de la ciudad expresaba de esa forma tan contundente el malestar generalizado de los negocios presentes en la plaza de la Constitución por la situación vivida en torno a las nueve y media de la mañana de este miércoles, cuando los dueños y los trabajadores de los siete establecimientos participantes en la cita llegaron al lugar y se encontraron con que no había carpas donde montar.
Según las fuentes consultadas por este medio, en ediciones anteriores del Día del Libro, el Ayuntamiento de Zamora llevaba estas carpas, idénticas a las que se colocan en el mismo emplazamiento para el mercado ecológico, y permitía así el montaje de las librerías para la jornada de venta del 23 de abril entre las once de la mañana y las nueve de la noche.

En esta ocasión, las librerías dicen haber presentado la instancia correspondiente, pero las carpas no aparecieron. El asunto depende del área de Comercio del Ayuntamiento, por lo que el encargado de dar una explicación ha sido el concejal de Promoción Económica, David Gago, que ha hablado de «fallo de comunicación». Según sus palabras, la solicitud de la instalación de las carpas se interpretó, por parte de los técnicos, como la petición de un permiso y no como la demanda de que fuese el propio servicio municipal quien gestionara el montaje.
Sea como fuere, el caso es que las carpas no se encontraban allí a la hora prevista, por lo que las librerías han tenido que buscar una solución de emergencia, que ha venido de la mano de los recursos de Caja Rural, con la instalación de unos cenadores de color rojo que, si bien no cumplían exactamente con los requisitos de la instalación requerida, sí han servido para salir del paso.