La Semana Santa de Zamora no es la que más impacto económico genera en Castilla y León. Tampoco se encuentra entre las tres primeras, ni entre las cinco más destacadas. Para encontrarla en el ranking que este lunes vino a hacer público en León el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, hay que acudir al pelotón de cola. Ahí, junto con Palencia, Soria y Ávila, se encuentra la Semana Santa de Zamora a nivel de «tirón» económico. Son los datos, fríos para la ciudad, que deja el primer informe de impacto de la Pasión que acaba de terminar y que sitúa a Burgos, Salamanca y León como las tres ciudades punteras en la comunidad. Después aparecen Valladolid y Segovia y, tras ellas, «el resto». En ese «resto» está Zamora.
Son unas valoraciones que enfrían mucho el ánimo, pues se suman a los desalentadores datos presentados también por la Consejería de Cultura en Zamora en las fechas previas a la Pasión, que indicaban que la Semana Santa de 2024 generó un impacto económico de 12 millones de euros. Se explicó entonces que eran datos que había que coger con pinzas, puesto que el pasado fue un año inusualmente lluvioso, con más suspensiones que celebraciones de procesiones. Pero, a la vista de los números más actuales, esos doce millones (que son alrededor de la mitad de lo que Cultura estimó que generaba la Pasión en Valladolid) pueden ser bastante reales. En toda la comunidad, la Semana Santa que ha terminado ha movido 90 millones. La mitad son para León, Salamanca y Burgos, después van las citadas Valladolid y Segovia y después el grupo de ciudades en las que se mueve Zamora. No es realista, teniendo en cuenta este ranking, pensar en una generación económica mucho mayor de los 12 millones de 2024.
La pregunta puede ser por qué. Los hoteles están llenos hasta donde abarcan, aunque en los últimos años ya se vienen percibiendo dificultades para alcanzar el lleno incluso en los días centrales de la Pasión. Entre el Viernes de Dolores y el Miércoles Santo, cuando antaño era complicado encontrar acomodo, ahora sobran habitaciones. También en la noche del Sábado Santo. Queda así preguntarse cuántos turistas forman parte de las miles de personas que durante la Semana Santa recorren las calles de la ciudad y cuántos son zamoranos emigrados que retornan durante estos días, que llenan las calles pero que no generan mucho más dinamismo económico que el ciudadano que vive en la ciudad de continuo.
En el informe personalizado de Zamora se hablaba ya de algunas de las causas de esta situación, que ahora vuelven a ponerse sobre la mesa. Más de la mitad de los turistas preguntados aseguraba que conocía la Semana Santa de Zamora porque algún familiar, amigo o conocido le había hablado de ella. Datos que son buenos en lo que refiere a la calidad de la celebración, puesto que los asistentes la recomiendan en su entorno. Pero que son malos en lo que hablan del impacto de las campañas turísticas que hasta ahora se han realizado, porque esas personas, sin el consejo de sus personas cercanas, no conocerían la Semana Santa de Zamora, una de las que en Castilla y León está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Los datos, de momento, son regionales
Según el avance del estudio, el movimiento de viajeros durante la Semana Santa de 2025 ha sido notable, con incrementos a lo largo de todo el periodo, especialmente con un aumento de pernoctaciones internacionales. En el periodo de diez noches, de Viernes de Dolores a Domingo de Resurrección, Castilla y León alcanzó las 545.006 pernoctaciones; mientras que, en el periodo festivo de tres noches, de Jueves Santo a Domingo de Resurrección, se registraron 240.847 pernoctaciones, un 9,44 % y un 7,48 % más, respectivamente, que al año anterior. Cabe destacar la tendencia positiva de los viajeros extranjeros, cuyas pernoctaciones se han incrementado un 64,53 % con respecto al año anterior en la comunidad.
Destaca Cultura la campaña de promoción que se ha llevado a cabo en Madrid, primer mercado emisor de turistas hacia la comunidad, «apostando por una acción exterior de fuerte impacto, mediante la proyección de un vídeo promocional dentro del circuito de la Gran Vía y plaza de Callao de Madrid, generando un fuerte impacto y repercutiendo en una destacada imagen de marca de la Semana Santa en Castilla y León». Su impacto real en Zamora tendrá todavía que ser valorado, ya que la ciudad puede haber salido perdiendo de una promoción que metía en el mismo saco a todas las celebraciones de la comunidad.