Es viernes por la tarde en Alcañices. Los vecinos del pueblo y de su contorna completan los recados para el fin de semana mientras el viento racheado y la lluvia se presentan de forma intermitente. Cada poco, alguno de esos lugareños vuelve la vista hacia la carretera que atraviesa la localidad al escuchar los chirridos de un freno. Vuelve a ser un camión. Los vehículos pesados entran en la curva que se encuentra en el corazón de la capital de Aliste como un elefante en una cacharrería más veces de las que deberían. Y no sería la primera vez que causan un disgusto irreversible.
El último suceso grave a causa de un camión se produjo a las puertas de la pandemia, a primeros de marzo de 2020, cuando Alberto, un octogenario que cruzaba por el paso de peatones, falleció arrollado por un vehículo de gran tonelaje. «El riesgo está ahí todos los días», admite el alcalde de Alcañices, David Carrión, que este año, en sus primeras fiestas al frente del Ayuntamiento, movió las verbenas del lugar habitual ante el temor de que un camión se saliera y provocara una desgracia de grandes dimensiones.
El compromiso de la ministra
«Llevamos 20 años con esto», señala Carrión, que insiste en que, «desde el punto de vista de la seguridad», la construcción de la autovía A-11 en esta zona «es una prioridad absoluta». El proyecto lleva décadas de retraso, aunque en los últimos meses ha habido algunas noticias esperanzadoras. La propia ministra de Transportes, Raquel Sánchez, anunció en su visita a Zamora durante la campaña previa a las elecciones de julio que la variante de Alcañices se licitaría a finales de año.
Si todo marcha como debe, este tramo debería ejecutarse a continuación del que ha de hacerse para unir la frontera portuguesa con San Martín del Pedroso, un trozo de apenas kilómetro y medio que serviría como arranque de la autovía que conectará el país vecino con Zamora capital. Cuando la variante de Alcañices sea una realidad, los coches y los camiones dejarán de pasar a toda velocidad por el centro del pueblo para desviarse hacia fuera por el nuevo trazado.
«Un tío de palabra»
Desde la Subdelegación del Gobierno en Zamora, su máximo responsable, el socialista Ángel Blanco, explica que el proyecto de la variante «está muy avanzado» y Carrión, del PP, se fía de él porque «es un tío de palabra». Otra cosa es lo que decidan en Madrid: «En ellos no confío nada y menos ahora», apunta el alcalde, en referencia a las «cesiones» a los independentistas. De momento, lo que ha llegado al Ayuntamiento son «los planos de los caminos» aledaños a la A-11, un primer paso.
Aun así, Carrión y el resto de la gente de Alcañices son conscientes de que, cuando por fin se concreten las obras, el perjuicio económico podría ser grande: «Ha pasado en todos los sitios por los que cruzaba una Nacional y luego hicieron la autovía», desliza el alcalde pero, desde que Portugal hizo la su conexión rápida hacia la entrada de Aliste y el tráfico se intensificó, se ha hecho «necesario» asumir que ese debe ser el precio a pagar.
El resto de la carretera
El subdelegado del Gobierno ha admitido en alguna ocasión que los problemas que padece Alcañices en estos momentos transforman en una cuestión urgente la actuación en ese punto concreto, pero la N-122 hacia Zamora se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una de las vías con mayor siniestralidad de la provincia. De ahí que toda la comarca lleve años ansiosa por ver la nueva infraestructura viaria. Ya no es solo la conexión moderna; se trata de la protección de las vidas humanas.