Si todos los zamoranos inscritos en el extranjero cogieran hoy mismo la maleta, regresaran y fundaran un municipio para vivir todos juntos, formarían el segundo ayuntamiento más grande de la provincia, ampliamente por delante de Benavente y solo a la zaga de la capital. El peso de los vecinos en la diáspora resulta así de representativo para un territorio que tiene a 24.121 paisanos residiendo fuera de las fronteras españolas. Por no hablar de los que se han movido dentro del país. Esa es otra historia.
Si uno solo se fija en los que se han mudado a otro Estado, puede analizar las cifras al detalle hasta el punto de saber a qué municipio están adscritos esos emigrantes. No todos nacieron en esos lugares, algunos son ya hijos de, pero las cifras permiten conocer hasta qué punto ha impactado este fenómeno en determinados pueblos, e incluso en ciertas comarcas que se vieron, sobre todo a lo largo del siglo XX, especialmente afectadas.
De hecho, un solo vistazo a los datos basta para darse cuenta de que la parte occidental de la provincia es la más afectada. Las zonas de Sayago, Aliste, La Carballeda o Sanabria son las que más porcentaje de población ganarían si ahora sus vecinos en la diáspora retornaran de golpe. De hecho, hay algunos ayuntamientos que tienen más gente fuera de España que dentro de sus pueblos.
El caso paradigmático aquí siempre ha sido el de Fermoselle, donde ahora residen 1.149 personas y que tiene 1.249 paisanos en el extranjero. Un improbable regreso de todos ellos convertiría al municipio en el quinto de la provincia, con cerca de 2.400 habitantes y solo por detrás de Zamora, Benavente, Toro y Morales del Vino.
El ayuntamiento fronterizo comparte ese fenómeno de contar con más paisanos lejos que a la puerta con otros cuatro municipios de Zamora. Son los casos de Espadañedo (110 y 104), Manzanal de los Infantes (144 y 135), Molezuelas de la Carballeda (125 y 46) y Peque (153 y 122). Es decir, todos los que no son Fermoselle se encuentran en un espacio muy reducido de territorio, dentro de la comarca de La Carballeda.
Más allá de esos ejemplos flagrantes, hay otros 25 municipios cuya población emigrante es, al menos, la mitad que la que tienen residiendo en sus pueblos. De esos ayuntamientos, solamente algunos de la zona de Benavente y Los Valles más cercana a La Carballeda, como Uña de Quintana, o algún caso aislado como el de Gema se ubican fuera de las comarcas del oeste.
Los casos más destacados
Esta es la lista con los ejemplos más destacados de municipios de la provincia con población adscrita en el extranjero. En el paréntesis, por delante, los residentes en el extranjero y, a continuación, los empadronados en el ayuntamiento.
Almeida de Sayago (219/422)
Argañín (55/80)
Calzadilla de Tera (175/287)
Carbellino (137/182)
Cernadilla (71/100)
Espadañedo (110/104)
Fermoselle (1.249/1.149)
Figueruela de Arriba (194/318)
Gema (171/197)
Hermisende (196/216)
Justel (57/78)
Losacio (79/89)
Manzanal de los Infantes (144/135)
Molezuelas de la Carballeda (125/46)
Muelas de los Caballeros (135/188)
Peque (153/122)
Pías (51/94)
Rábano de Aliste (229/314)
Requejo (60/111)
Rosinos de la Requejada (177/305)
San Martín de Valderaduey (30/45)
San Vitero (325/429)
Trefacio (123/165)
Uña de Quintana (94/121)
Villardeciervos (201/392)
Villar del Buey (264/514)
Viñas (123/160)
Los saltos
Finalmente, casi como curiosidad en relación a lo que podría cambiar con el retorno de los residentes en el extranjero que están inscritos en Zamora, cabe destacar que la capital volvería a sobrepasar la barrera de los 65.000 habitantes si sus gentes que se encuentran en otros países regresaran, mientras que cinco municipios conseguirían saltar de nuevo la barrera de los mil empadronados.
Tal sería el caso de Monfarracinos, Corrales del Vino, Santibáñez de Vidriales, Trabazos y Fonfría.