Zamora celebra la apertura de un nuevo museo, el Pedagógico, que espera convertirse pronto en uno de los que «hay que visitar sí o sí» en la ciudad. La ciudad da hoy carpetazo a seis años de burocracia y obras e inicia un nuevo periodo en el que se refuerza la oferta cultural. El centro, que propone a los visitantes un viaje desde la escuela del siglo XIX a la de la Democracia, con paso por la República, Franquismo y Tardofranquismo, es un lugar idóneo para que los mayores recuerden y para que los jóvenes aprendan. «Hoy», resume Bienvenido Martín Fraile, principal impulsor del proyecto que se abre en el antiguo laboratorio (cerca de los jardines del castillo), «es un día de fiesta para la cultura».
El centro ha sido formalmente inaugurado con un acto poco habitual para el Ayuntamiento de Zamora, con decenas de invitados, muchas fotos y discursos desde el atril. La ocasión, juzgan los impulsores del nuevo Museo Pedagógico, lo merece. El museo, resume Martín Fraile, «pone a disposición de la ciudad el patrimonio rescatado de las escuelas que se usa para reconstruir la memoria». Y es además un claro homenaje a la Escuela Primaria y al trabajo que durante décadas ha desarrollado la Escuela de Magisterio, convertida recientemente en facultad. «Un escaparate para el estudio y un espacio para fomentar el despertar de los recuerdos infantiles», asegura el director del Cemupe.

Es en suma un lugar para despertar la memoria, para encontrar el recuerdo de la época escolar. Además de un espacio de debate, que quiere fomentar el diálogo y la reflexión entre los visitantes, analizando la herencia de las épocas pasadas en las más recientes etapas educativas. Un lugar que reivindica el papel transformador de la educación, en suma.
El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, asegura por su parte que el centro formará pronto parte de la «primera línea expositiva de la ciudad». Para ello el museo irá ampliando poco a poco su horario de apertura, que en las primeras etapas será solo matutino y dedicado principalmente a zamoranos, estudiantes, docentes e investigadores. El museo pone además en valor el continente, el propio edificio de Francesc Ferriol, ubicado en un lugar reseñado y con apariencia similar a una escuela, «el lugar ideal para un museo de estas características».

Zamora inaugura, en suma, un museo «fácil y popular», que cae como anillo al dedo a una ciudad que es «tierra de maestros, muchos de ellos emigrados» y que contará en el futuro con un calendario añadido de conferencias, actividades y conciertos. «Una obra de la que estamos orgullosos», concluye Guarido.