Vienen curvas, alertan los economistas. El Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora asegura que en los próximos meses, «cuando se pensaba que la incertidumbre se encontraba en proceso de reducción», las empresas se enfrentan a nuevos retos derivados de la situación internacional. Ahora han surgido «otras nuevas variables, como son los aranceles, que hacen desestabilizar cualquier pronóstico de estabilidad y crecimiento económico”. Además, “el proteccionismo se contrarresta con más proteccionismo, provocando una guerra comercial que de seguro empobrece las economías de los países afectados”, asegura Juan Carlos de Margarida, director del Centro de Estudios Económicos de Ecova. En este sentido, “nuestra región debe potenciar y ayudar a incrementar el tamaño de las pymes y establecer incentivos fiscales a través de la legislación para atraer más inversión empresarial”.
“Se necesitan altas dosis de sentido común, valentía y amplitud de miras de la UE, España y de las comunidades autónomas para poder sortear los vaivenes económicos que se van a producir en este año 2025 e incluso en el 2026″, ratifican desde Ecova. Para ello, «es conveniente una colaboración público-privada sin matizaciones, una disposición a mirar más allá de nuestro territorio, en donde la innovación, la competitividad, la formación, la digitalización, las competencias transversales y las habilidades serán determinantes para el crecimiento económico y el bienestar social de los castellanoleoneses”, ha enfatizado Juan Carlos de Margarida.
El Observatorio ha puesto de manifiesto que “la región ha perdido cerca de 4.250 empresas en los últimos 6 años, principalmente debido a la subida de costes y al aumento de materias primas, el incremento de salarios y el mecanismo de equidad intergeneracional”. No obstante, a pesar de estas realidades preocupantes, “existen variables que refuerzan la economía de la comunidad, como es el efecto dominó de los fondos europeos, el incremento del gasto público, un mejor comportamiento del consumo de los castellano y leoneses, y las exportaciones de productos y servicios”.
De Margarida también incide en las variables económicas a tener en cuenta en 2025, la cuales pasan, principalmente, por los tipos de interés, la inflación y los aranceles. En cuanto a los tipos, y después de que el BCE los dejara en 2,5%, la realidad que subyace es que “el coste de los préstamos de las empresas y consumidores está disminuyendo potenciando el consumo y la inversión con un efecto directo en el crecimiento económico”. Sin embargo, a partir de ahora “el BCE tiene que estar “muy fino” a la hora de tomar decisiones para dar confianza y no crear incertidumbre. Con el único objetivo de lograr el equilibrio para que no se produzca una ralentización de la economía”.
Por lo que respecta a la inflación, “si suben los precios por los aranceles, la consecuencia es la disminución del poder adquisitivo de las familias y, por ende, la disminución del consumo, además de los posibles efectos negativos en las empresas: disminución de las exportaciones, de los beneficios, de la inversión y de la contratación laboral junto con un posible incremento de los despidos”.
En lo referente a los aranceles, la tercera variable a tener en cuenta, De Margarida remarca que «el comercio mundial se enfrenta a un cambio de paradigma. Europa no se va a quedar fuera del juego arancelario, ya que además de los aranceles del 25% al acero y al aluminio ya impuestos por EE UU se prevén incrementos de los aranceles en automóviles, productos agrícolas y otros productos. Ante esta realidad Europa responderá con otros incrementos de aranceles, provocando una guerra comercial a nivel mundial de consecuencias imprevisibles, que afectará directamente a Castilla y León”. Todo ello desemboca “en un futuro muy incierto que ya es un presente, donde la UE debe planificar y ejecutar una nueva estrategia comercial, industrial y tecnológica”, ha concluido el director de EcovaEstudios.