Carlos Fernández se ha convertido este martes en procurador en las Cortes de Castilla y León. Lo ha hecho tras prometer el cargo «por los gitanos y las gitanas» de la comunidad autónoma, en una reivindicación de sus propios orígenes, y tras sustituir en el puesto a la fallecida Inmaculada García Rioja.
De este modo, Fernández, del Partido Socialista, se convierte en uno de los siete representantes que la provincia tiene en la cámara (tres del PP, tres del PSOE y otra de Vox) y compartirá trabajo con sus compañeros de partido Ana Sánchez y José Ignacio Martín Benito.
Fernández ya había sido procurador en la anterior legislatura, también durante un breve periodo de tiempo y tras relevar en el escaño precisamente a García Rioja, que más tarde volvió a las listas del PSOE y fue elegida nuevamente por la provincia.