Un fin de semana entre lobos. Una experiencia única en las bodegas de cualquiera de las denominaciones de origen que hay en la provincia. Una visita a los rincones modernistas de la capital zamorana o una incursión en el Museo Micológico de Rabanales. Son solo algunas de las propuestas que Zamora ofrece a sus potenciales visitantes y que se pondrán sobre la mesa entre el viernes 17 y el domingo 19 en la feria de turismo interior Intur, que se celebra en Valladolid y en la que estará presente el Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Zamora junto con el Ayuntamiento de Zamora.
El Patronato lleva a la feria y ofrece a los visitantes propuestas turísticas con las que disfrutar Zamora «de una manera diferente», lejos de los planteamientos más clásicos y compartidos por los visitantes. La provincia es más de lo que siempre se ve, y hay una manera «diferente y más cercana» de «vivirla y sentirla».
Propuestas por decenas
Las propuestas se cuentan por decenas cuando se analizan al detalle, y las hay para todos los gustos. En el apartado de turismo cultural cobran gran importancia los principales núcleos urbanos de la provincia. Hay visitas guiadas para conocer la Zamora burguesa y modernista y recorridos por la Zamora medieval. En Toro, la cultura y la enología se dan la mano, con visitas guiadas por los principales monumentos de la ciudad y «fin de trayecto» en las bodegas de la denominación de origen más importante de la provincia. Pero también hay opciones en los pueblos, como el Centro de Interpretación de Beatos ubicado en Tábara.
Pero si de algo puede presumir Zamora es de naturaleza. Para los más tranquilos, el Patronato de Turismo propone alternativas como una visita a las Lagunas de Villafáfila o los baños de bosque, que permiten una conexión íntima con el entorno. Los tours guiados por los Arribes del Duero o por Sanabria son otra opción a tener muy en cuenta. Los más aventureros pueden montar en kayak en el «gran cañón» zamorano, navegando por el Duero en los Arribes, cerca de la frontera con Portugal. En Aliste y Sanabria se pueden buscar lobos con la ayuda de telescopios y en el centro del lobo se puede observar al cánido en libertad, siendo conscientes de su implantación en el territorio.
Otro de los grandes atractivos de Zamora, y por eso es recordada entre muchos viajeros, es la gastronomía. En Zamora se come bien prácticamente en cada rincón, y la experiencia de venir a la provincia debe ir acompañada inevitablemente de una buena comida en alguno de los muchos establecimientos existentes a lo largo de la geografía provincial. En muchos de ellos, además, la comida lleva aparejada una experiencia para el visitante. De vinos con visita guiada a la bodega en las denominaciones de origen de Toro o Arribes, talleres para la elaboración de mermeladas, visitas a las bodegas típicas de la Tierra del Vino o talleres sobre degustación de queso. Todo es posible en Zamora cuando se trata de agradar al paladar.
La «Milla Románica»
Y hay más. Zamora capital tiene la mayor acumulación de arte románico de Europa, pero el Patronato de Turismo es consciente de que, en la provincia, el turismo religioso es también una baza para tener muy en cuenta. Aunque el Museo de Semana Santa permanecerá un tiempo cerrado por obras, queda mucho por ver. La ciudad ofrece visitas a los templos por un coste simbólico de 1 euro y también existe la posibilidad de recorrer la llamada “Milla Románica”, que ofrece la entrada a ocho iglesias de la capital por un precio de 6 euros.
En varias de esas iglesias, los turistas podrán ver imágenes de la Pasión, ubicadas allí mientras duran las obras del museo. La joya de la corona es, en todo caso, la Catedral, y la entrada incluye el pase por los museos Catedralicio y Diocesano. Todo esto sin olvidar que Zamora es un destino atractivo para las familias, con actividades aptas para niños y mayores, en contacto con la cultura o la naturaleza. Una oferta de lo más amplia.