Los patinetes eléctricos han causado algún que otro accidente en la ciudad de Zamora. El más reciente, el pasado 31 de enero cuando un joven que circulaba en este vehículo se saltó un semáforo y atropelló a un hombre causándole una fractura en el codo a la altura de la plaza de La Marina, dándose posteriormente a la fuga. El concejal de Seguridad Ciudadana de Zamora, David Gago, sostiene que el problema está «en el incumplimiento de las normas» y aunque sean accidentes aislados resultan ser «muy aparatosos».
Desde el Ayuntamiento se realizan charlas formativas en los institutos poniendo especial hincapié en el uso responsable de los patinetes eléctricos. Los aparatos, considerados Vehículo de Movilidad Personal (VMP), pueden ser usados a partir de los 16 años, límite que más de uno se salta. Edades que cuadran con algunos de los responsables de los últimos accidentes por ello, la policía se está encargando de formar en esta materia.
Aun así, señala el concejal de Seguridad Ciudadana que el Ayuntamiento realizó las pasadas navidades una campaña «exhaustiva, con fuertes sanciones, que mejoró mucho la situación» ya que, afirma, «es raro que no haya al menos una denuncia por el mal uso de estos vehículos a al semana». Lo que se busca es ser «totalmente rigurosos». Gago considera que «no es necesaria» la redacción de una normativa específica para el uso de los patinetes eléctricos ya que la ley a nivel nacional está «clarísima» y «ampara todo tipo de situaciones».
En Zamora los patinetes eléctricos están sujetos a la normativa de circulación implantada por la Dirección General de Tráfico por ello. Cuentan con varias obligaciones. Por ejemplo, deben respetar las normas de tráfico, la velocidad máxima es de 25 kilómetros por hora y deben ser conducidos por personas de más de 16 años. Al ser considerados como vehículos, está prohibido que circulen ceras y zonas peatonales.
Está además prohibida la conducción del patinete eléctrico con auriculares puestos, haciendo uso del móvil o de cualquier otro dispositivo, solo puede ir a bordo una persona y deben ser aparcados en lugares específicos o, en cualquier caso, donde no molesten a los viandantes ni a los vehículos.