Al otro lado de la puerta espera Rudy Fernández. Veinte temporadas en ACB, cuatro en la NBA, internacional absoluto desde 2004 hasta su retirada y capitán de la selección española de baloncesto. Deportista de élite absoluta, se entiende. Y está dispuesto a pasar una hora de exigencia física importante. Rudy se pone rápido a las órdenes de nuestro protagonista, Rodrigo Carretero, dueño junto con su pareja de «Crys Dyaz & Co», una empresa dedicada al entrenamiento físico y cuidado del cuerpo que trabaja con actores destacados de la sociedad.
Carretero llegó con cuatro años a Madrid procedente del País Vasco, pero su lugar de retorno siempre ha sido Zamora. Su padre es de Andavías y su madre de Valdeperdices, lugares a los que, dice, vuelve siempre que puede y con los que mantiene una relación fluida. Pero su proyecto vital está en Madrid, concretamente en las zonas más pudientes de la capital. Es el final de una historia que arranca en 1999, cuando Rodrigo comienza INEF por «convicción», lo que le abre las puertas después a tocar diferentes palos de la actividad física, como la enseñanza, el fútbol o el entrenamiento personal. En sus primeras etapas, fue entrenador de la cantera del Real Madrid y el fútbol, recuerda, casi le lleva a Dubai. «Me iba de entrenador con la escuela de Michel Salgado porque mi mejor amigo iba de director de la escuela y me quería de coordinador. Ya estaba todo cerrado pero conocí a una chica y me quedé».

La chica es Cris Díaz, su mujer actual y alma máter del proyecto, que arranca en el barrio de La Moraleja. Ahí «alquilamos una pequeña habitación de 25 o 30 metros cuadrados y montamos nuestro primer mini gimnasio. Estábamos tres personas. Luego fuimos cuatro, cinco… y cuando fuimos seis alquilamos dos pisos en el edificio de enfrente, en plena Moraleja», una apuesta «fuerte» que «nos dejó unos años complicados» pero que salió bien.
Aunque no es la única pata sobre la que se asienta el negocio, la idea siempre ha sido trabajar con actores destacados de la sociedad española, con clases «altas». En aquellas primeras etapas la empresa empieza a entrenar a Alexandra Pereira y a Carla Pereira (mujer de Diego Simeone), dos personas de renombre que «ayudaron a la empresa a crecer mucho» por su exposición en redes y por el buen trabajo de Cris en los perfiles públicos de la empresa.
El proceso de crecimiento lleva a abrir La Finca, el gimnasio en el que se entrena Rudy Fernández y que es concurrido además por otras personalidades. Antes de entrar al gimnasio el jugador de baloncesto salía el actor Tristán Ulloa y por ahí pasan habitualmente Blanca Suárez, Laura Escanes o el futbolista Lucas Vázquez. Después llega otro gimnasio, en La Coruña, también en la zona con más poder adquisitivo. Y el siguiente, en el distrito de El Viso de Madrid, sigue la misma línea. «Al principio nos recomendaron estar en sitios de mucho tránsito pero vimos que nuestro negocio no era ese. Nosotros no necesitamos estar tanto en zonas de paso de personas como en zonas tranquilas», resume Rodrigo Carretero.
Entrenamientos con «evidencia científica»
«La formación física no es soltarte a hacer pesas», resume Carretero. «Tiene evidencia científica», y en ello se esfuerza este negocio. «Comenzamos con una entrevista con las personas que quieren venir porque cada uno tiene unas necesidades. Por ejemplo, Tristán Ulloa vino al principio porque necesitaba ganar peso para una película y no quería hacerlo a base de comer, y ya se quedó», apunta el zamorano. «Intentamos colocar a cada persona con el entrenador adecuado y hacer un entrenamiento que le guste» sin que llegue a resultar repetitivo, algo no siempre fácil.

No hace falta hilar muy fino para ver que el cliente tipo tiene un perfil marcado por un nivel económico alto. Gente que «viene a entrenar sin mirar más el precio» porque «sabe que puede conseguir resultado, y eso es muy bueno porque puedes hacer un traje a medida sin que haya pegas». Pero la empresa aprovecha también las redes sociales e Internet para crear una comunidad online en la que pueden llevarse a cabo entrenamientos semanales en streaming con los monitores del gimnasio. «No es como un vídeo en Youtube, yo estoy ahí con la gente y si me preguntan algo les puedo contestar, es otra parte importante de la empresa». A día de hoy, hay unas 3.000 personas suscritas.
«Trabajo y más trabajo»
La receta del éxito, dice Rodrigo, «es la que es. Hay que trabajar todos los días, muchas horas y con unos horarios que no quiere nadie» porque, no hay que olvidar, esta es una actividad que mucha gente realiza precisamente en horas de tiempo libre. A la par, «cada vez hay más tensión y peso sobre los hombros» porque la empresa es ya bastante importante, con unos cuarenta entrenadores y 50 personas contratadas en total.
Horas, apunta, y especialización, tanto a la hora de encontrar clientes como al momento de plantear servicios más específicos. Y es que el gimnasio destaca por varios pero, especialmente, por el de salud femenina, denominado «Salud FEM». «En entrenamiento personal somos buenos pero hay gente muy buena en España. En salud femenina tenemos al mejor equipo que hay, no hay clínica mejor, estoy convencido», concluye Carretero.