En la puerta de la tienda de alimentación de Moveros, un cartel llama la atención: es el del horario. Arriba, aparece el de España: de 9.30 a 14.00 y de 15.45 a 20.00. Abajo está el de Portugal: lo mismo, pero todo una hora antes. Los domingos se descansa. Dentro, una mujer llamada María Josefa Vicente Santiago, a quien todos conocen como Mari, explica el detalle: «A lo mejor, unos días trabajamos un 60% hacia Portugal y un 40% hacia España, y otras veces es al revés, pero para nosotros es muy importante estar en la frontera», asegura.
Siempre ha sido así para este negocio. Incluso cuando La Raya tenía límites de verdad y cruzar no era tan fácil. De eso hace ya mucho, pero es que Mari tiene 63 años y, cuando nació, sus padres ya habían abierto una tienda en Moveros. Tras la jubilación de ellos, de Pedro y de María, la hija cogió el relevo. Y todavía no lo ha soltado, a pesar de que, a priori, parece difícil sostener un establecimiento que da de comer en estos momentos a cinco personas – seis si se cuenta a la de los fines de semana – y que funciona en un pueblo con 65 vecinos y sin venta ambulante.
«Esto se sostiene porque he trabajado toda la vida en el negocio. Ya desde pequeña ayudaba a mis padres», señala Mari, tras despachar a varios clientes que la miran con una sonrisa cómplice mientras la escuchan hablar: «Me gusta tener mucho surtido, mucho producto, y la verdad es que estamos a un paso de Portugal y trabajamos mucho con esa parte», admite la tendera de Moveros, que casi roza con la mano la frontera desde el pueblo español de la romería de la Luz.
La frontera y el trabajo ininterrumpido heredado de su familia se erigen como las claves para esta mujer que, de vez en cuando, pega una voz para consultar con las compañeras que tiene trabajando en la carnicería. Le toca elevar el tono, porque la tienda es grande. «Cuesta competir con Miranda, con Alcañices y con Zamora, porque la gente joven se mueve por muchos sitios», advierte Mari, que también compite con los ambulantes, pero que tiene claro su modelo: «Aquí nunca me falta de nada. Mi base es intentar tratar bien a la gente, tener producto y dar buen servicio», aclara la responsable del negocio.
Para Mari, las tiendas han de ser lugares donde la gente quiera ir a comprar. «Nosotros trabajamos en carnicería y traemos cosas del mercado de Zamora o de otros lados. No estoy en ninguna cadena, voy por libre», asegura la profesional, que también funciona con los viajantes para completar el catálogo de productos de su tienda transfronteriza: «Estoy acostumbrada a trabajar así, pero para el mes que viene ya voy a hacer 64», desliza la alistana.
Y aquí viene la pregunta clásica: ¿Nadie se queda con esto? «Yo creo que no, porque en los pueblos cada vez hay menos gente, y la que queda es muy mayor. Ahora mismo, los de aquí me compran mucho, pero la mayoría de los clientes son de 80 años para arriba, así que van cerrando casas», resume Mari, que admite que hay meses complicados para sacar los gastos adelante. Otra cosa son el verano, la Navidad o la Semana Santa, como para casi todos los negocios rurales que precisan de la gente del día a día.
El movimiento
«Hay que moverse mucho para poder competir», insiste la tendera de Moveros, que remarca un punto ya previamente comentado: «Si no tuviéramos la frontera, no podríamos estar aquí. La frontera nos ayuda mucho. Y yo no me puedo quejar, porque tengo gente de muchos pueblos de España que viene a comprar. Hay pueblos más grandes donde las tiendas son más pequeñas», constata Mari, que recuerda que, antaño, los portugueses pasaban a pie para llegar hasta la tienda de sus padres. Eran otros tiempos.
Aún así, en estos, José Luis y Mari Supermercados, nombre que lleva el negocio, mantiene el pulso. La mujer que aparece en el nombre y en las fotos de cada año de vida del establecimiento enumera los pueblos de procedencia de algunos de los últimos clientes mientras despacha a los que llegan. Uno de los anteriores venía de Videmala, a unos veinte minutos en coche. Algo tendrá este lugar para que la gente de la contorna lo elija; algo se quedaría la dueña actual del legado de Pedro y de María.
*Negocios de resistencia es una serie de reportajes ideada por Enfoque Diario de Zamora para contar las historias de las pequeñas tiendas que se mantienen abiertas en el medio rural y que aún dan servicio de cercanía a sus gentes a pesar de la competencia de las grandes compañías, y del envejecimiento y la despoblación de los lugares donde se ubican.