El campamento militar de Monte la Reina estará listo para entrar en funcionamiento a finales de 2027. Es decir, 30 años exactos después de su cierre. Eso sí, precisará de una inversión «imprescindible» de 130 millones de euros para arrancar, una cifra a la que se tendrán que sumar las intervenciones complementarias previstas para los ejercicios 2028 y 2029. Esas son las conclusiones principales que se pueden extraer de la visita que ha realizado este miércoles la ministra de Defensa, Margarita Robles, a las antiguas dependencias del cuartel.
La responsable política ha escuchado por espacio de una hora a los responsables del Ejército que han ido desgranando los detalles del proyecto; ha preguntado en varias ocasiones los detalles de las actuaciones que le generaban dudas; y ha lanzado un mensaje político por si la explicación técnica no había bastado: «No hay marcha atrás». Monte la Reina va a reabrir. Y existe un cronograma con plazos que acredita que el Gobierno tiene un plan.
Por lo pronto, lo que ya está en marcha son los trabajos en las instalaciones antiguas. Ahí se seguirá actuando durante el ejercicio 2025. Entre otras cosas, para rehabilitar los ocho edificios que se van a conservar, tras una inversión superior a los 800.000 euros, y para poner a disposición los campos de tiro. Una vez eso esté rematado, presumiblemente de cara al verano, será más común que esta parte de Monte la Reina, la de toda la vida, reciba militares que acudan a hacer maniobras. Eso ya está sucediendo, pero pasará más.
También a lo largo de este mismo ejercicio, se acometerán obras relacionadas con el cerramiento de la parcela donde se van a construir las nuevas instalaciones, al norte de la N-122, aunque lo principal, la clave, estará en 2026. Y ya ha de venir reflejado en los próximos Presupuestos Generales del Estado. Será en ese momento cuando arranquen unos trabajos que costarán los citados 130 millones más los extras de los años siguientes.
La idea del Ejército de Tierra es aprovechar que puede construir el acuartelamiento de cero para crear un espacio «de gran capacidad, modélico y sostenible». Para ello, el plan regional aparece como otra de las claves. Ha de estar aprobado este año y servirá para que la tramitación avance de una forma más ágil que si se tratara de un proyecto cotidiano.
En esa línea, la presencia del consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones refuerza el espacio de colaboración abierto finalmente entre el Gobierno y la Junta. No es que se hayan limado todas las asperezas, pero al menos hay un cauce de colaboración abierto en el que también está implicado el Ayuntamiento de Toro y que toma forma en la comisión de seguimiento del protocolo sellado en octubre entre las tres partes. La próxima reunión de este grupo tendrá lugar el 23 de enero.
Si es antes, «mejor»
Por otro lado, los militares también han confirmado que se creará un enlace desde el campamento hacia la A-11, anuncio celebrado por la alcaldesa de Toro, Ángeles Medina, y han incidido en la pertinencia de poner en marcha un cuartel sostenible, adaptado a la modernidad, basado en los que ahora existen, pero con sus particularidades propias.
Finalmente, la idea es que el campamento militar dé cabida a mil efectivos, pero eso será otra fase. Lo primero es tener las obras rematadas, y ahí 2027 aparece con nitidez en el horizonte: «Tenemos un cronograma muy acertado, pero si se puede acortar, mucho mejor», ha zanjado Robles, que a continuación ha realizado una visita por las instalaciones que serán el hogar del Ejército en un futuro cercano.