Quedan unas horas para la cena de Nochebuena y en el Mercado de Abastos es evidente un ritmo más ajetreado que de normal. Se une a la Navidad, este año, la nueva ubicación, que ha dejado en los puestos un importante aumento de la clientela y un cambio de hábitos notable, alargando las compras hasta mucho más cerca del mediodía. Una y otra circunstancia se traducen en lo que ya se esperaba: colas más largas que de costumbre sobre todo en las pescaderías, producto de más alta calidad por los expositores y cuentas cuantiosas. Muy cuantiosas.
En los últimos días ha aumentado el precio de prácticamente todos los productos que vienen a componer una cena de Nochebuena que podamos considerar «normal». Como siempre, depende a quien se le pregunte, ya que para los comerciantes es pequeño un incremento que el comprador considera siempre exagerado. Subir, ha subido, y no hay opinión que valga para una afirmación que se coteja comparando los precios de hace quince días y los actuales. El pescado es más caro. También el cabrito, el tostón o el lechazo. Los números cantan.
Empecemos por las pescaderías. El marisco siempre es caro, y más el de estas fechas. Muchos negocios aprovechan para traer a sus estantes un producto «premium» que, aseguran, no encuentra salida durante el resto del año pero sí en estas fechas. Las cigalas rozan los setenta euros el kilo y el langostino de mayor calibre supera ampliamente los veinte euros, disparándose cuando se trata de producto de calidad elevada. Las nécoras rozan los cuarenta euros. El pescado ha variado menos pero, de nuevo, aparecen en los expositores pescados que no suelen llegar a Zamora durante el resto del año. Ahí está, fiel a su cita, el besugo, a más de cuarenta euros el kilo.
Pasemos a las carnicerías. El producto «de diario», entendiéndose como tal el pollo, el cerdo y si acaso la ternera, apenas ha experimentado variaciones y se sitúa en unos precios, ya elevados, con los que lleva meses jugueteando. Sí suben los productos que forman parte de los tradicionales asados, como el cochinillo, el lechazo o el cabrito. Algunos de forma más sensible (las paletillas de cordero están hasta a 25 euros el kilo) y otros de forma algo más contenida (el cochinillo de pequeño tamaño, que es el que más gusta, ronda los 17 euros). Lo más caro vuelve a ser el cordero.
Las compras, siempre a última hora
Con todo, la subida de precios, siempre esperada, parece no ser suficiente para animar a las compras previas y a mantener el producto congelado. Los zamoranos, confirman los industriales del mercado de abastos provisional, siguen apostando de momento por el producto fresco. «Mejor algo más barato comprado en el día que algo más caro comprado un mes antes», apuntan desde una de las carnicerías en las que este lunes echaban el resto.
En las pescaderías no hay ni opción, ya que el marisco de más alta calidad ha comenzado a llegar este fin de semana. «Antes», apuntan los pescaderos, «ni lo traemos». De lo que no cabe duda es de que esta cena de Nochebuena, sumando el incremento de precios de las últimas semanas y la inflación de los últimos años, es la más cara de la historia.