Los apicultores, de la mano de la Diputación, trabajan con la idea de crear en Zamora una cooperativa apícola para que los profesionales del sector que ahora tienen que vender la miel a granel puedan comercializar su producto para el pequeño consumidor, lo que se traduce en un aumento del valor de la propia miel y, a la vez, en más beneficios para el apicultor local.
La idea de fundar esta cooperativa entronca con la instalación de una envasadora comunitaria que, según avanzaba el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, en la entrevista publicada por este periódico el pasado sábado, estará ubicada en Mombuey para dar servicio a todos los apicultores profesionales que lo deseen pero, principalmente y por cercanía, a los de Sanabria y la Carballeda.
En Aliste, explican las fuentes consultadas por este diario, la mayoría de los apicultores tienen su registro sanitario propio y su propia sala de envasado, sea de mayores o de menores dimensiones. En Tábara, Los Valles, Sanabria o Carballeda no sucede esto y los productores venden mucho a granel, con precios bajos. Se trabaja también con la idea de crear una marca conjunta dentro del marco de la cooperativa, aunque los productores podrán también mantener su enseña propia. Los plazos que se manejan es que todo esté en marcha a lo largo del año 2025.
La cooperativa «estaría pensada para mejorar la vida de los apicultores para que puedan comercializar la miel que ahora tienen guardada en los almacenes porque es poco rentable darle salida», aseguran desde la asociación Apis Durii en declaraciones recogidas por este periódico. «La pretensión es ayudar a los apicultores a comercializar la miel e incluso sacarla fuera de nuestras fronteras, llevarla a mercados en los que haya oportunidades de negocio».
Contra la entrada de producto foráneo
La envasadora y la propia cooperativa van, detallan las mismas fuentes, «orientadas claramente a profesionales para que se pueda comercializar la miel con más garantías y con más márgenes», habida cuenta de que la entrada de producto del extranjero, principalmente de China, se ha convertido ya en una amenaza muy seria para el sector, que ve como «se vende como miel algo que en realidad no es miel».
Los pasos que se están dando forman parte del ambicioso plan de fomento de la miel de Zamora que cristalizó hace unas semanas con la aprobación, al fin, de la marca de calidad Miel de Zamora, que permite a los apicultores venden su producto bajo una enseña de calidad que certifica que se trata de un alimento «sobresaliente». La expectativa es que los tarros con el sello de calidad circulen por el mercado ya a comienzos del año que viene. «Zamora es una provincia muy consumidora de nuestra miel, pero esto nos permitirá venderla a Valladolid, Madrid o el extranjero bajo una figura de protección», destacan los apicultores zamoranos, asociados en Apis Durii.