Zamora sigue perdiendo población, pero hay brotes verdes. Los datos oficiales de los municipios españoles revelan que la provincia se quedó en 165.832 vecinos a 1 de enero de 2024 tras ver cómo se escapaban otros 534 empadronados en 365 días. La caída alcanza al 0,32% del capital humano que habita el territorio, pero conviene recordar que, años atrás, la bajada llegó a ser del 1,5%. Es decir, la tendencia no se ha invertido, pero los golpes cada vez llegan más amortiguados.
Además, existen datos que permiten mirar al futuro con una cierta esperanza. Por ejemplo, Zamora capital ganó 247 habitantes en el último año y se sitúa ahora en 59.506, camino de nuevo a los 60.000 oficiales. También subió Toro, con 20 más, hasta los 8.369. Y crecieron igualmente los municipios del alfoz de la ciudad, como Morales del Vino, Roales, Valcabado, Monfarracinos, Villaralbo o Moraleja del Vino.
Más allá de eso, conviene subrayar en particular dos crecimientos especialmente importantes: el de Bermillo de Sayago y el de Galende. Los dos han tenido un repunte muy relevante y vuelven a estar por encima del millar de vecinos, una circunstancia clave en materia de fondos y de prestación de servicios.
Además, entre las cabeceras, también crecieron otros municipios como Fermoselle, Alcañices o Fuentesaúco, aunque siguieron mostrando una mala tendencia los ayuntamientos principales del entorno de Benavente, y otros como Villalpando o Puebla.
Por destacar la mayor caída de la provincia, ese dato hay que buscarlo en Fuentelapeña, con 40 vecinos menos, una cifra que recuerda que la mayoría de los municipios perdió vecinos. Eso sí, 81 crecieron en un año de los menos malos para Zamora a nivel demográfico.