Cuando los números mandan, las palabras valen poco. O quedan en un segundo plano. Y en este mandato 2023-2027 en la Diputación Provincial hay unas cuentas muy claras: el Partido Popular tiene trece representantes. O sea, trece votos. Entre todos los demás suman doce. Dicho de otro modo, cuando el PP vota en bloque, cosa que ocurre siempre, no hay posibilidad matemática de tumbar ninguna de sus propuestas. Sí caben el debate, el argumento o la queja, pero a la hora de la verdad se imponen las cifras.
Eso es lo que ha ocurrido este jueves en el Pleno extraordinario celebrado para debatir y votar el presupuesto de 2025. El PP llevaba la propuesta ya presentada previamente a los portavoces, a los medios y a los alcaldes; la oposición expuso sus argumentos y sus enmiendas, y la discusión en la sala noble de la institución se prolongó por espacio de más de hora y media. Ahora bien, todo el mundo se sabía el final de la película: los trece votos de los populares permitieron dar luz verde a la propuesta. Y eso es lo que vale.
Aún así, los argumentos que aportó cada cual para fijar su posición tienen cierto interés. El primero en hablar fue Eloy Tomé, de Zamora Sí, que hizo un repaso de las partidas por áreas y que apeló a la pertinencia de ser «meticulosos y responsables» a la hora de hacer un presupuesto. El hombre que sustituyó a Francisco José Requejo como representante de la formación provincialista protagonizó una intervención más elogiosa que crítica a la hora de analizar el presupuesto, y abogó por huir del derrotismo: «Para algunos, todo es malo, todo es gris, somos pobres… Hay veinte millones de inversión, pero parecemos el Grinch», lamentó el político.
De Tomé vino la voz más amable con la propuesta del equipo de Gobierno; desde su derecha – entendida como una posición física – la más dura. La encargada de expresarla fue Laura Rivera, de Izquierda Unida, que lamentó que el presupuesto «histórico» de 95 millones de euros se viera acompañado por unos remanentes «supersónicos» y que se encargó de subrayar que gran parte del incremento de la capacidad económica para el ejercicio que viene procede de la dotación que llega del Estado: «Además, el presupuesto, a efectos de inversión en los pueblos, es intrascendente. Mucho ruido y pocas nueces. Hay colorines en la memoria, pero hay que darse cuenta de las sombras», advirtió la portavoz de IU.
A todo esto, Rivera y los demás portavoces tuvieron manga ancha para extenderse por encima de los tiempos establecidos, una circunstancia que provocó el siguiente comentario por parte de la portavoz de IU hacia el presidente de la Diputación:
– Va a ser verdad que es usted de los caciques buenos.
Javier Faúndez no se tomó particularmente mal el ataque, pero pidió respeto antes de darle la palabra a la portavoz socialista, Sandra Veleda, que criticó que el presupuesto se presentara en su momento como «un documento cerrado» y bajo la máxima del «despotismo ilustrado»: todo para el pueblo, pero sin el pueblo: «La acción política resulta deficiente», señaló la socialista benaventana, que aludió igualmente al «bajo grado de ejecución» del proyecto de 2024 y que auguró que el de 2025 se convertirá pronto «en papel mojado», en «declaraciones de intenciones que se quedan en eso».
La réplica del equipo de Gobierno vino de la mano de Víctor López de la Parte, que hizo referencia a un presupuesto «inversor» en paralelo a una rebaja en el gasto corriente: «Ni tenemos deuda ni derrochamos», aclaró el vicepresidente provincial, que destacó que ese incremento de fondos derivados del Estado es el resultado de las subidas de impuestos a nivel nacional: «Lo que nos faltaba era darle las gracias a Pedro Sánchez», clamó el popular.
Las posturas de los grupos
Ya en la segunda intervención, los grupos fijaron su postura: Zamora Sí se abstuvo, pero «con un mensaje positivo» por la «potente inversión»; Izquierda Unida votó no, aunque también admitió que el presupuesto era «algo mejor» que los anteriores; y el PSOE se quedó, como los provincialistas, en la abstención, desde la lógica de que el PP gobierna y por tanto decide, aunque a los socialistas las propuestas les recuerden a un proyecto «agotado y cortoplacista».
En el turno de cierre, López de la Parte introdujo la siguiente escena: el voto de las enmiendas de Izquierda Unida. Fueron 16 esta vez, todas rechazadas en lo que se ha convertido casi en una tradición de fin de año en la Diputación Provincial. Lo que hizo el vicepresidente fue fijarse en algunas de ellas para acercarlas al calor de sus argumentos. Por ejemplo, en la referente al incremento a las ayudas para el alquiler de vivienda de los jóvenes, el político popular se comprometió a consignar 50.000 euros más si el Ayuntamiento de Zamora capital sacaba una línea similar.
Sin hueco para otras réplicas, y una vez votada y despachada la cuestión, Faúndez tomó la palabra para agradecer la posición de Zamora Sí: «Pertenecer a otra formación política no significa negar la evidencia. Es muy difícil introducir argumentos cuando no hay forma», advirtió el mandatario alistano, que consideró que las portavoces de la izquierda habían estado «incómodas» con «contradicción por aquí y por allá». «Su papel ha sido complicado», remachó el presidente de la Diputación.
Ya con todo debatido, y en el siguiente punto, Rivera no se resistió a contestarle: «Yo he sido sincera, usted ha estado crecido y tampoco es una novedad».