El campo zamorano retoma hoy las protestas que se interrumpieron en primavera, cuando una negociación abierta con el Gobierno animó a reducir la intensidad de las tractoradas hasta convertirlas finalmente en un recuerdo. Eso sí, el calendario de protestas arranca en esta ocasión su primera página en Valladolid, a donde acudirán en buen número agricultores de la provincia para hacer visible su descontento.
Los agricultores vuelven a apuntar, según el manifiesto de la convocatoria de hoy, al que ha tenido acceso este periódico, al Pacto Verde Europeo, como ya hicieran en febrero de este mismo año. Los agricultores y ganaderos aseguran que la reducción del 50% en el uso de fitosanitarios o del 20% en fertilizantes son medidas insostenibles. También los ecorregímenes de la PAC, el cuaderno digital (para el que una parte del campo zamorano no está preparado), la ley de bienestar animal, la protección del lobo o «la instalación de megaplantas de energía renovable en terrenos agrícolas».
A todo ello añaden la firma «de acuerdos comerciales internacionales que nos crean, a los agricultores europeos, una competencia desleal en beneficio de las grandes corporaciones agroalimentarias y fondos de inversión». Sobre el acuerdo firmado entre la Unión Europea y Mercosur, que abre la mayor zona de libre comercio del mundo, el campo asegura que «muchos productos agrarios van a recibir la puntilla que les haga desaparecer».
Críticas también las que hoy se verterán por parte de la Unión de Asociaciones del Sector Primario Independientes contra las organizaciones agrarias tradicionales, «amordazadas por subvenciones y que no piden la derogación de ninguna de estas leyes». El sector se confiesa «huérfano de representación» y pide unión «para derogar estas nefastas políticas derivadas del Pacto Verde Europeo, así como la revisión de los acuerdos comerciales internacionales para extraer de ellos a la parte agrícola, perjudicada». El tratado con Mercosur «no merece más que un no rotundo», indican las mismas fuentes.
«La alimentación es cosa de todos y, si no se corrigen estas leyes, tu seguridad alimentaria está en peligro», concluyen.