En su toma de posesión como presidenta de la Cámara Municipal de Miranda do Douro, Helena Barril (1970) clamó contra un poder central que, a su juicio, no se preocupaba por lo que sucedía en el interior del país. Aquel alegato se produjo en el otoño de 2021, cuando esta mujer elegida por la centroderecha del PSD estaba a punto de poner en marcha un proyecto político que ahora acaba de entrar en el último año del mandato. En 2025, habrá elecciones de nuevo. Pero antes quedan muchas cosas por hacer para la política mirandesa, que sigue mirando a Lisboa en busca de más respaldo, pero que también pone el foco en lo propio para tratar de desarrollar una zona muy castigada a lo largo de los años. Tanto como el otro lado de la frontera, donde está Zamora, casi a la vista desde su despacho.
– ¿Cuál es ahora el escenario en el que se maneja Miranda do Douro desde el punto de vista demográfico?
– El último censo que se hizo fue en 2021 e, infelizmente, el resultado no fue nada alentador para este territorio de interior. En el caso de Miranda, se estimó una población de 2.466 habitantes, lo que denota un descenso significativo en relación al anterior, realizado hace diez años. Con la llegada de los nuevos inmigrantes hemos recibido a una población cuyo número no es lo suficientemente grande como para compensar la bajada. Eso no se ha podido equilibrar, porque los nacimientos no consiguen contrarrestar la mortalidad. Así que podemos decir que, demográficamente, estamos en un territorio problemático.
– ¿Cómo está afectando esto a la prestación de los servicios?
– Aquí, la mayor carencia que siente la gente es no tener, ni en Miranda ni en una localidad próxima, una unidad hospitalaria que dé respuesta. La salud es lo más preciado que tenemos, y aquí las personas se tienen que desplazar a Bragança o a Vila Real porque nuestro centro de salud no puede atender las situaciones más graves. Nosotros tenemos a los médicos de Familia, que dan respuesta a las consultas rutinarias y te derivan para otras pruebas. Ante esta situación y la falta de respuesta del Gobierno nacional, la Cámara creó el seguro municipal de salud, a través del cual cada beneficiario tiene acceso a médicos de especialidad. Tenemos a dos médicos trabajando aquí con personal administrativo para dar apoyo, y las personas que lo necesitan son derivadas a los especialistas que funcionan con una clínica que presta servicio a través de este seguro. Con eso, conseguimos que muchas personas dejen de estar en la lista de espera del servicio nacional y que todo vaya mucho más rápido. Hicimos una inversión de 690.000 euros, pero está funcionando muy bien.
– Pero eso obliga a que la Cámara supla al Estado, que es quien tiene la competencia.
– Sí, sí. Pero de esa manera es como va todo más rápido. Es verdad que no tienen que ser las cámaras municipales, pero en estas zonas nos encontramos con muchas deficiencias. Para empezar, a nivel de médicos de Familia. Hay muy pocos. Hace poco que se produjo una reorganización de las unidades locales de salud, y ahora estamos intentando comprobar cómo van a funcionar y de qué manera pueden ser más eficaces. En el fondo, lo que todos queremos es el bienestar de las personas y que sus problemas de salud tengan una respuesta. Yo, con esos 690.000 euros, hablo de una inversión, no de un coste, porque sirve para mejorar las condiciones de vida de nuestra población.
– ¿Cómo están afectando estos problemas con los servicios a la fijación de población, y cuáles son los recursos que tiene Miranda para promover un desarrollo económico mayor?
– El mayor problema que tenemos los políticos locales es que tenemos que buscar la respuesta solos, sin el apoyo del Gobierno, porque muchas veces se ponen en marcha medidas desde Lisboa sin conocer la realidad del país, de estos territorios de baja densidad. Todo se piensa como si el resto de Portugal tuviera la misma situación que Lisboa y Oporto, cuando este país es totalmente desigual. Es similar a lo que sucede en España. Existe esa diferenciación entre los grandes centros y el resto. Por eso, nosotros tenemos que buscar soluciones. Aquí, la Cámara Municipal sigue siendo la gran empleadora del territorio, y eso no debería suceder. También es verdad que vivimos en un territorio privilegiado, una zona fronteriza con actividad económica en restauración, en hotelería y en comercio. Los españoles ayudaron mucho al crecimiento de Miranda. Y eso no es de ahora, sino que comenzó en los 80 y se fue arrastrando a lo largo de los años. Con el impacto de la pandemia, notamos mucho la falta de los españoles, pero cuando se produjo la reapertura volvieron a venir y vimos que todo ese parón había sido necesario para comprender hasta qué punto nos necesitamos los unos a los otros. Cuando volvieron, a mí me daban ganas de abrazar a todos los españoles.
– ¿Miranda es dependiente económicamente de ese flujo?
– Para mí, cuanto mejor económicamente esté España, y sobre todo Castilla y León, mejor está Miranda, mejor será el resultado para nosotros. Tenemos que seguir fomentando esa relación estrecha.
-¿También a nivel institucional?
– Sí, esa relación existe. Tenemos mucha voluntad de trabajar con la Diputación de Zamora, con la Fundación Rei Afonso Henriques y con otras instituciones. Todo lo que podamos colaborar con España va a tener un efecto muy positivo aquí en Portugal. Por hablar del caso concreto de los hoteles, el Grupo Vila Galé, que es uno de los de mayor renombre en el país, va a ejecutar un proyecto aquí y, cuando estábamos con su CEO, miraba hacia el frente y yo le decía: eso es España. Al final, hablamos de una persona de renombre y de una empresa que va a invertir 14 millones de euros. Eso es porque, de alguna manera, ven potencialidad. No va a hacer una inversión de ese tipo para perder dinero. La proximidad con España es un atributo positivo, así que cuanto mayor sea la conexión mejor.
– ¿Eso se sigue cultivando?
– Lo que nos separó siempre fue el río, y ahora increíblemente es el río lo que nos une. Todos los proyectos son en torno al Duero y tenemos mucha complicidad. Luego están las manifestaciones culturales y tradicionales. Un ejemplo es el de la capa mirandesa, muy similar a la alistana, o el de las mascaradas. Claro que, en su día, hubo una disputa por los territorios, pero todo eso quedó atrás. Nos enriqueció en términos de Historia, pero hoy tenemos que pensar en un territorio en conjunto. Cuanto más se trabaje en eso, más ganamos todos.
– Lo que ocurre es que muchas de las cosas que se hablan o que se concretan en foros como las cumbres hispanolusas no se terminan de concretar.
– Lo que pasa es que se trabaja mucho para la mediatización del mensaje y no tanto en concretar los planes. Luego nos pasan cosas como las de los fondos europeos. El proceso de las candidaturas es lento, se arrastra, y ahora tenemos que hacer el gasto hasta junio de 2026, así que hay que sacarse de la chistera emprendedores, constructores civiles que tienen que hacer todos esos proyectos. Es imposible. Y si las cosas son difíciles individualmente, imagina en las cumbres.
-Desde el punto de vista de la cultura, Miranda logró conservar un idioma que tiene raíces comunes con los derivados del asturleonés en la provincia de Zamora. ¿Qué hizo y qué está haciendo el municipio para mantener todo esto?
– La Cámara de Miranda dio continuidad a lo que ya venía siendo un trabajo del anterior Ejecutivo, al protocolo con la Asociación de Cultura y Lengua Mirandesa. Ese protocolo lleva aparejada una cantidad de dinero y permite la traducción de textos, de discursos o de lo que sea necesario. Aparte de eso, la escuela tiene un papel esencial, porque los niños empiezan desde el ciclo anterior a Primaria. Tienen clase de mirandés desde el primer hasta el duodécimo año, y eso es importante porque, a consecuencia de la despoblación, estamos perdiendo a los que originalmente hablaban el idioma, así que la escuela es el vehículo para las nuevas generaciones. Luego, la asociación promueve cursos online, y gracias a eso tenemos alumnos que viven en Japón, en Canadá o en otros lugares del mundo. Además, el Gobierno portugués creó a principios de año un grupo de trabajo para la puesta en marcha de una entidad que ayude en la promoción y en la divulgación de la lengua mirandesa. El objetivo final es crear una Fundación de la Lengua Mirandesa.
– ¿Existe apoyo del Gobierno central?
– En el presupuesto del Estado había 200.000 euros, pero los partidos de la izquierda propusieron un aumento hasta los 500.000, que fue lo que se acabó aprobando. Infelizmente, eso sí, con los votos en contra del PSD, algo que no entiendo. Nosotros también apoyamos desde la Cámara y respaldamos la publicación de libros en mirandés. No tengo una visión pesimista con esto, aunque necesitamos que el Gobierno nos ayude a crear la fundación.