Música, luces y gente. Mucha gente. Muchísima gente, en realidad. Zamora da la bienvenida a la Navidad con el tradicional encendido de luces, que este año llega antes de lo habitual (atrás quedaron los años en los que pasaba el puente de la Constitución y todavía no se había dado al botón de encender las luces) y que trae una propuesta que, al menos al primer análisis, supera por mucho lo que había en años anteriores. Podrá discutirse que el dinero vaya a unas u otras partidas pero notarse, se nota.
La Plaza Mayor se ha convertido en el epicentro del encendido, con una fiesta a la que han acudido cientos de zamoranos llamados, en parte, por el olor de unas castañas gratuitas gracias al magosto en el que ha colaborado la Asociación Etnográfica Don Sancho. La cola de personas dispuestas a llevarse su cucurucho con parte de los doscientos kilos de frutos asados llegaba hasta Renova. Y es que son épocas en las que, también, conviene armarse de paciencia.
Por lo que refiere a las luces, este año han llegado a toda la ciudad . “La apuesta que ha hecho el ayuntamiento se está traduciendo en mucha más iluminación en las calles” apuntaba en fechas pasadas en concejal David Gago, que ha dado el dato de que “más de 10 kilómetros de guirnalda de luz LED” va a adornar la ciudad.
Hay medio millón de puntos de luz, con seis figuras de gran formato, entre los que destacan un árbol en mitad de la Plaza Mayor de 17 metros de altura y la figura de un ángel colocada en la Plaza de la Catedral, “uno de los grandes puntos y de los grandes referentes de atracción” ha señalado el concejal.
La iluminación también llega a los barrios, como San Isidro, San Lázaro, La Vaguada, Pantoja, La Alberca, Cabañales, Sepulcro, San José Obrero, San Frontis, Pinilla, Los Bloques y, por primera vez, Vistalegre. “Es uno de los objetivos que teníamos, ir progresivamente ampliando para que también esta Navidad, en forma de luces, llegara a las zonas de comercio de barrio”, admiten desde el Ayuntamiento.