Han pasado 120 años desde que Manuel Gómez-Moreno realizó sus incursiones por Castilla y León. Lo hizo a caballo, en burro, a pie por las rampas de Candelario, sin iluminación en las calles o en las habitaciones, en visitas nocturnas a las iglesias y a las ermitas. Este arqueólogo, historiador e historiador del arte buceó entre los recursos patrimoniales de un territorio por entonces desconocido y plasmó lo que vio en unos catálogos monumentales salpicados por su «pasión, clarividencia y tenacidad».
En aquellos viajes, Gómez-Moreno escribió cartas que han llegado a nuestros días y que han permitido a Josemi Lorenzo Arribas y Sergio Pérez Martín reconstruir el epistolario de lo que fueron aquellas rutas por Castilla y León. Ese trabajo se ha plasmado ahora en dos volúmenes que permiten entender la vida y obra de este hombre que vivió 100 años en una época en la que tal circunstancia era completamente extraordinaria: entre 1870 y 1970.
La obra dedicada al investigador se ha presentado este viernes en el Museo Etnográfico con la presencia del consejero de Cultura de la Junta, Gonzalo Santonja, que ha admitido su desconocimiento inicial acerca de la existencia de estas cartas y que ha reconocido su «gratísima sorpresa» al comprobar hasta qué punto reflejan la labor llevada a cabo por Gómez-Moreno: «No se puede ser más preciso ni trabajar más y mejor con tan pocos medios».
Santonja ha remarcado que el investigador carecía de una financiación acorde a la dimensión de su trabajo, lo que obligó a su padre a «echarle muchas manos» y a su mujer, Elisa, a ejercer tanto como él «y con la misma clarividencia». «Esta obra se la recomendaría a los jóvenes. ¿Cómo hay que hacerse investigador? Mire usted a Manuel Gómez-Moreno y se va a enterar», ha apuntado el consejero.
Para el responsable autonómico, «este es el mejor libro científico que se ha publicado en los últimos años». «Era fundamental que se publicase y, como tantas cosas en la vida, a veces lo que te cuesta trabajo entender que no se hubiera hecho antes», ha insistido Santonja, que ha elogiado a los autores por su «talla, mérito y tenacidad».
«Nadie sabía lo que había en nuestras iglesias»
Santonja ha recordado, además que los catálogos monumentales terminaron por convencer a los dirigentes de la época de su carácter «necesario». «Nadie sabía lo que había en nuestras iglesias. Es Don Manuel el primero que lo cuenta de una manera sistemática. Hizo visitas exhaustivas e incansables en las condiciones de la España de primeros del siglo XX, que eras las que eran», ha repasado el consejero.
«Normalmente, en la vida, continúas con lo que otros estaban haciendo, pero Gómez-Moreno creó un modelo», ha zanjado Gonzalo Santonja antes de comenzar el acto en el museo.