«Desde que dejamos las protestas, en primavera, se han olvidado de nosotros. No hemos avanzado nada». Los agricultores zamoranos aseguran, ante el anuncio de la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes, que el sector se encuentra en una situación «límite», la misma que provocó los descontentos de febrero del año pasado y que no ha encontrado arreglo en estos meses. La normativa sigue siendo exigente para los pequeños empresarios, las restricciones, elevadas según su criterio y las medidas que se toman en materia comercial con otros países, «equivocadas».
Pilar de las Heras es la representante de Agricultores y Ganaderos Libres de Zamora, la plataforma que surgió a raíz de las protestas de comienzos de año. Y asegura que, en Zamora, es sector empieza a quedarse sin margen de maniobras. Las reivindicaciones son muchas, pero se resumen en que el campo trabaja con unos márgenes tan bajos que amenazan la propia supervivencia de las explotaciones. «En la última década el trigo ha subido diez céntimos. La cebada, cuatro. Y el litro de gasóleo agrícola cuesta más del doble. Nosotros no nos hemos beneficiado de esas subidas del salario mínimo que han tenido muchos trabajadores, ni somos funcionarios ni nos han subido las pensiones. Nosotros ganamos ahora menos que hace diez años», apunta de las Heras.
Los agricultores vuelven a mirar al Cono Sur y hablan de la «ruina» para sus explotaciones que se produce por los acuerdos con los países de Sudamérica. «Ellos no tienen las restricciones a la producción que tenemos nosotros, ni las restricciones para el uso de productos fitosanitarios que hay aquí. El acuerdo tiene unas condiciones muy ventajosas para ellos. Al final, como no hagamos nada, van a echarnos de nuestro propio mercado». Los fitosanitarios son otro gran caballo de batalla: «Se han cumplido las exigencias de Europa, pero ahora hay que reducirlos más».
Eso por lo que refiere a la agricultura. La ganadería tiene sus propios problemas. El sector se fija en el lobo y pide que vuelva a ser una especie cazable, con restricciones, para poder controlar su población. Exige vacunas de EHE y lengua azul gratuitas, más margen para «poder usar los medicamentos que nuestro ganado necesita» y control de fauna para evitar accidentes y evitar la proliferación de enfermedades que llegan a la cabaña ganadera.
La agrupación ha solicitado, en los últimos meses y en repetidas ocasiones, reuniones con el Ministerio de Agricultura que no han sido atendidas. En octubre se lanzó el ultimátum sobre la vuelta a las movilizaciones en caso de que la situación, como ha sucedido, siguiera igual. Salvo novedad, así sucederá desde el diez de diciembre, cuando ya se está convocando la primera protesta. Protesta que, en principio, se centralizará en Valladolid para comenzar a mostrar que el sector sigue «indignado y despierto». A partir de ahí se baraja ya llevar las manifestaciones a todas las provincias, «con tractores y con personas, primero de una manera más suave para ir subiendo la intensidad».
La lonja de Zamora
Zamora, mientras, sigue sin lonja de cereal después de que las cotizaciones se suspendieran en el mes de febrero. Una situación que, para los agricultores, «es mejor que tenerla abierta». Explica Pilar de las Heras que la de Zamora era una lonja en la que solo estaban representados los compradores de cereal, motivo por el cual «siempre tiraban de los precios para abajo y eran los más bajos de la comunidad».
Cuando se produjeron los intentos de volver a abrirla, con la incorporación de la representación de Agricultores Libres e Iguales, fueron los compradores los que se levantaron de la mesa, dejando sola a la parte vendedora. La mesa, en esas condiciones, no se ha podido constituir.
«Ahora estamos referenciados a la media de Castilla y León. Es una buena noticia porque antes éramos los más bajos, así que hemos mejorado algo. Pero nos gustaría recuperar las cotizaciones en Zamora en unas condiciones de justicia», concluyen los ganaderos.