El 26 de octubre del año 2023, la fachada oeste del pabellón municipal de Carbajales de Alba quedó reducida a escombros. Ocurrió en una noche ventosa, de temporal, pero el Ayuntamiento ya contemplaba la posibilidad de que se produjera el derrumbe: «Lo que hicimos fue acelerar la caída de la pared para provocar que se viniera abajo de una forma controlada y que no hubiera peligro. Ya hacía tiempo que sabíamos que la obra era necesaria», explicó en su día el alcalde, Roberto Fuentes.
En el momento en el que el responsable municipal pronunció esas palabras, apenas un mes después de la caída de la pared, el Ayuntamiento ya tenía una hoja de ruta en la cabeza para ejecutar la obra pertinente y volver a contar con un pabellón plenamente disponible para que durara «muchos años». De hecho, a principios de 2024, la Diputación aprobó una subvención nominativa de 60.000 euros con el fin de que Carbajales acometiera una obra que resultaba ciertamente costosa. El proyecto se licitó conforme estaba previsto y se adjudicó en abril.
La empresa que se impuso en el proceso fue una firma especializada en este tipo de obras y con sede en Torremolinos (Málaga). Su oferta fue de 62.000 euros más IVA, y la idea era que todo estuviese resuelto en seis meses tras el inicio de los trabajos. Lo que ocurre es que los operarios ni siquiera han aparecido por Carbajales para empezar a ejecutar nada. El hueco de la fachada oeste sigue tal cual estaba, el pueblo continúa sin pabellón y todos los caminos conducen a un reinicio del proceso de licitación.
El asunto tiene visiblemente molesto a Roberto Fuentes, que apunta que la empresa adjudicataria aduce ahora «que no le cuadran las cifras». Se trata del problema de siempre para muchos ayuntamientos, también para los pequeños cuando se enfrentan a este tipo de proyectos: las empresas se presentan, tratan de ajustar la oferta económica al euro para tener más opciones de resultar elegidas y luego se echan atrás. Muchas veces, con la intervención a medias; otras, como esta, sin empezar siquiera.
«Vamos a ir a pedir daños y perjuicios», advierte Fuentes, que se ha sentido atado de pies y manos durante estos meses ante las garantías y los plazos que marca la legislación: «La obra tendría que haber terminado en diciembre y ni siquiera ha empezado», lamenta el alcalde, que deja claro su descontento con el hecho de que empresas de toda España puedan participar en estos procesos para que los ayuntamientos se topen luego con panoramas como este, sin saber muy bien cómo actuar con una adjudicataria con la sede a 800 kilómetros.
Para Fuentes, «lo que no puede ser es que estén dándote largas de esa manera y que ahora digan que no salen las cuentas». «Hemos perdido un año entero porque jurídicamente hay que cumplir unos plazos y unas normas», insiste el alcalde, que admite que esto no le está pasando únicamente a Carbajales, aunque eso no supone demasiado consuelo: «Nosotros utilizamos el pabellón para todo, tanto para actividades deportivas como culturales, y para eventos de cualquier índole», recuerda el mandatario municipal.
Ante todo este panorama, el Ayuntamiento estudiará esa idea de ir contra la empresa mientras ya trabaja con la Diputación para reclamar una subvención nominativa idéntica a la del año anterior para poder hacer frente a un nuevo proceso de licitación. «Ya hemos contactado con los servicios jurídicos», insiste Fuentes.
La gasolinera, también en trámites
Otro de los asuntos que mantiene abiertos el Ayuntamiento de Carbajales es el de la reapertura de la gasolinera, que también lleva cerrada más de un año. En este caso, los trámites administrativos previos están demorando la puesta en marcha de un servicio clave para la comarca de Alba, aunque la parte positiva es que ya ha una empresa que quiere hacerse cargo de la instalación «e incluso ampliarla». Se trata de una marca «low cost» que podría comenzar a funcionar, si todo va bien, en el primer semestre de 2025.