«Va a ser un recorrido largo, de fondo, con un trabajo arduo, pero más tarde o más temprano lo vamos a conseguir». Quien habla es el alcalde de Fermoselle, José Manuel Pilo, y el tema que aborda es el de la aspiración de su municipio de convertirse en Patrimonio de la Humanidad. En enero se cumplirán dos años desde que esa ambición salió a la luz pública en la feria Fitur de Madrid, con la AECT Duero-Douro como herramienta clave para su consecución. Y en otro evento turístico, el del pasado fin de semana en Valladolid, quedó claro que el objetivo sigue en pie.
Pilo lo deslizó en la comparecencia ante los medios junto a los representantes del resto de los municipios que acudieron a AR-PA e Intur, y profundizó en ello en una conversación con este diario: «Lo que estamos haciendo es recabar apoyos. Se ha creado una comisión de trabajo en la que también nos estamos apoyando en la Universidad de Salamanca, y lógicamente se ha comunicado a las autoridades de Patrimonio en la Junta de Castilla y León», confirmó el alcalde.
Desde el inicio del proceso, quedó claro que la candidatura que pretende hacer prosperar Fermoselle se ampara en la singularidad de su patrimonio a nivel cultural e histórico, con especial atención a un recurso: las bodegas históricas que alberga su subsuelo. «Una de las claves para nosotros es el respaldo de las propias personas que nos visitan», admitió Pilo, que apuntó que la propia página web «bodegasfermoselle.com» cuenta con un apartado para apoyar la declaración como Patrimonio de la Humanidad.
«Estamos haciendo las visitas gratuitas desde el mes de junio», recordó el alcalde, que insistió en un hecho decisivo: «Tenemos mil bodegas en un pueblo que ahora mismo tiene poco más de mil habitantes. Eso no es muy fácil encontrarlo en el mundo. Además, su antigüedad aporta muchísimo valor», insistió Pilo, que ya en la rueda de prensa previa había señalado que algunas de las más antiguas han sido datadas en los siglos IV y V de esta era. Es decir, hace más de 1.500 años.
En esa línea, el alcalde de Fermoselle advirtió que «hay que tener en cuenta una cosa». «Las bodegas de Fermoselle se empiezan a construir, pero no se hacen como un edificio de hoy en día, que se termina en unos meses o en un año. Según los estudios que se han realizado, hay bodegas se han tardado en horadar y en convertirse en el espacio que hay hoy debajo de nuestros pies hasta trescientos y cuatrocientos años», afirmó el mandatario del municipio rayano, que defendió el valor de ese hecho.
«Entonces no había, como hay hoy, martillos picadores o excavadoras para poder hacer esas cavidades. Y tenía que ser sacarse a mano, desde las entrañas de la tierra, todo ese gneis, que es una variedad de granito, para poder hacer las bodegas donde primero meter la uva y luego poder conservar el vino», recalcó Pilo, que siempre habla con convicción de la iniciativa, pero que es consciente de que marcar una fecha concreta resultaría «utópico».
«Cuantas más adhesiones, mejor»
«Yo creo que hay que ir paso a paso. Sabemos que no es fácil y que va a ser un trabajo laborioso, pero cuantas más adhesiones tengamos mejor», deslizó el alcalde de Fermoselle que, entretanto, animó a la gente a conocer las bodegas para poder opinar si la demanda del municipio para convertirse en Patrimonio de la Humanidad está bien calibrada: «No dejes que te lo cuenten».