Juan Manuel Corchado lleva seis meses como rector de la Universidad de Salamanca, pero desde luego ha tenido tiempo para dejarse notar. La etapa de Ricardo Rivero ya parece un pasado muy lejano. El dirigente actual convive, desde su llegada, con una vorágine de noticias que afectan a su reputación y con una ambición propia que le ha llevado a anunciar en varias oportunidades la intención de duplicar el número de estudiantes en sus campus durante el mandato. Este jueves, en el Claustro, tanto esos planes de futuro como las informaciones que apuntan a unas presuntas malas prácticas en sus investigaciones tuvieron un papel protagonista.
En lo tocante al último punto, conviene recordar que, el mes pasado, la editorial Springer Nature retiró 75 estudios científicos de Corchado y su equipo por unas supuestas prácticas fraudulentas, según reportaron medios como El País. Este periódico lleva varios meses publicando informaciones que apuntan a una presunta mala praxis recurrente por parte del dirigente universitario que, en el propio Claustro, aprovechó para tildar de «sandeces» las informaciones que van por esa línea.
Conviene recordar, en todo caso, que también la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas deslizó su preocupación poco después de conocer la decisión de Springer Nature. El colectivo advirtió de que ciertas actuaciones «dañan la reputación internacional de la ciencia». De nuevo El País, en un editorial reciente, calificó la situación de Corchado de «bochorno», y aseguró que, en las presuntas prácticas del rector, «los profesores conjurados se citan a sí mismos para aumentar así la apariencia de relevancia e impacto de sus trabajos».
Con todo esto como telón de fondo, y visiblemente necesitado de despejar la polémica, Corchado trata de poner el foco en lo primero. Es decir, en su interés por hacer crecer a la Universidad de Salamanca. La institución académica contará próximamente con el grado en Veterinaria, un punto ya acordado en el marco autonómico, pero es que el rector confirmó este jueves que pretende solicitar «en breve» la incorporación de otras cinco titulaciones.
Ahí se encuentran Diseño gráfico (Salamanca), Inteligencia Artificial en Ciencias de la Salud (Salamanca), Ciencia del Dato e Inteligencia Artificial (en todos los campus) e Informática/Geoinformática (Ávila). También Ciencia de la Actividad Física y Deporte (Cafyd), una carrera equivalente a la antigua INEF, que ahora mismo solo se imparte en León dentro de la comunidad autónoma y que se anunció primero para Ávila antes de que se trasladara, ya en el Claustro, la intención de sumar a Zamora y a Béjar.
Esta pretension de establecer varias sedes para el mismo grado ya era conocida por los responsables académicos del Campus Viriato. Otra cosa es que se entienda como algo positivo. Aunque también está por ver si el movimiento se concreta. La Junta ha de ser quien dé su respaldo a la puesta en marcha de las titulaciones en cada Universidad, y la consejera de Educación, Rocío Lucas, ya rebajó las expectativas hace unos días al negar que la implantación de Cafyd sea tan segura como pareció deslizar la USAL en el citado anuncio de Ávila.
En todo caso, Zamora espera otras novedades. Esa idea de duplicar el número de estudiantes también incluye al Campus Viriato, que ha de estrenar próximamente el máster en Ingeniería Mecatrónica y que espera noticias más claras sobre la posibilidad de reforzar su área de emprendimiento. Todo, bajo el amparo de la ambición de Corchado, que trata de avanzar entre la maraña de la polémica para cumplir con la hoja de ruta que se marcó al acceder al máximo cargo dirigente de la Universidad de Salamanca.