«Vi lo que estaba pasando y tenía que hacer algo». Iván Martín Baez es mecánico, trabaja en El Cubo del Vino y en la madrugada del jueves al viernes cogió una furgoneta, la llenó con todo el material de trabajo que pensó que iba a ser necesario y emprendió el viaje hasta los pueblos afectados por la DANA en la Comunidad Valenciana. Arribó en Paiporta, una de las localidades de la considerada zona 0, y empezó, dice, a hacer lo que sabe hacer. «Poner en marcha coches».
«Somos conscientes de que esto es lo que es, que es algo material y que muchos coches ya valen para poco, pero la gente nos lo agradece mucho porque con coche puede ir a comprar, puede ir a trabajar y puede moverse entre los pueblos», asegura Martín en declaraciones a este periódico. «Ayer», por el viernes, «pusimos en marcha bastantes coches. La gente hace corro a nuestro alrededor para que intentemos encender el suyo».
El mecánico zamorano mantiene la conversación mientras un compañero suyo se afana en arrancar otro vehículo, algo que consigue después de que salga un chorro de agua por el tubo de escape. «El primer día agotamos las baterías, había sitios donde no podíamos llegar a poner las pinzas…», apunta, convencido de lo necesario que la labor prestada tanto por él como por otros compañeros del gremio llegados desde varios puntos de España. «Las autoridades dicen que no venga la gente, pero creo que nosotros prestamos una asistencia, por así decirlo, más especializada, que de momento no presta nadie», añade.
El zamorano realiza estas declaraciones frente a la rampa de acceso al parking subterráneo de un supermercado de la cadena Mercadona en la que el agua todavía cubre la totalidad del aparcamiento. «Da miedo pensar en lo que puede haber ahí dentro», dice. La zona, atestigua, está «arrasada», con «mucha agua todavía y todo lleno de barro». La gente «no da mucho más de sí, hay gente con los pies ya llenos de ampollas por la humedad», y los problemas de salubridad empiezan a ser evidentes. «Huele muy mal. Nada de lo que se vea por las noticias hace una idea de lo que ha pasado aquí».
«Empieza a volver la luz y el agua corriente»
En las últimas horas, al menos en Paiporta, se ha recuperado la electricidad, por tramos horarios. En algunos edificios, como el del agente de Policía de El Cubo del Vino que ha acogido a Iván, empieza también a haber agua corriente después de muchas horas en las que por los grifos salía «prácticamente barro».
Por lo que refiere a los mecánicos, el gremio empieza a organizarse de la mano de la Asociación Valenciana de Empresarios del Metal, que cuenta ya con contactos de los profesionales que quieren ayudar y que se encargará de canalizar la ayuda para que llegue de la manera más efectiva a las personas que la necesiten. «Cada uno, que ayude en la medida de lo posible, en lo que sepa. Aquí se necesita todo».