Javier García trasladó este miércoles al salón de actos del Campus Viriato aquello que empezó a crear con la herramienta de la web y de las redes sociales allá por 2013. Fue entonces, hace once años, cuando este profesor de Economía se sumergió en un proyecto llamado Artistas de Zamora en el siglo XX. «Lo único que buscaba era divulgar la vida y la obra de una generación bastante numerosa y bastante buena», resume el docente. Casi diez años más tarde, surgió Zamora Patrimonio Gráfico, esta vez para arrojar luz sobre lo que a veces resulta invisible. Los dos proyectos se entrelazaron finalmente en las dependencias de la Universidad.
Así lo explica el propio Javier García, que arranca por la idea de los artistas: «No quiere decir que no hubiera antes y que no haya ahora, pero esa generación en concreto dio nombre a Zamora fuera de sus fronteras. Yo lo único que pretendía era divulgar, porque creía que había un vacío en ese aspecto, tanto en las redes sociales como directamente en una página web», aclara el profesor, que subraya que, desde su nacimiento, esta iniciativa había permanecido siempre en Internet. La de este miércoles fue la primera acción ajena a lo virtual.
«Habrá gente que me haya puesto cara aquí, porque tampoco he sido partidario nunca de personalismos», abunda García, que aprovecha la ocasión para agradecer la implicación de la gente que ha sumado para el proyecto, incluidos algunos de los protagonistas directos de las historias, como los artistas Antonio Pedrero o Higinio Vázquez, que «han colaborado dando información y ayudando a investigar».
De esa inquietud nació también Zamora Patrimonio Gráfico. Básicamente, un proyecto de divulgación que busca la defensa y la protección de los rótulos, las «señales que hablan un poco del pasado» y que también esconden «los cambios sociales que se dan en las ciudades, la gentrificación, la erupción de las grandes cadenas comerciales o la globalización». ¿Y cómo se enlaza una iniciativa con la otra, más allá de la identidad de su creador?
El propio Javier García incide en la idea de ver la ciudad con otros ojos, «con una mirada más consciente» que siente las bases sobre las que se ha de construir el futuro: «No se trata de mirar al pasado con nostalgia, sino de construir una ciudad con identidad propia y con belleza», remarca el profesor, que lamenta que «se siguen destruyendo elementos constantemente», tanto del patrimonio gráfico como de las obras que tienen repartida los propios artistas por Zamora.
El responsable de estos proyectos cita en particular algunos elementos creados por Luis Quico o por Higinio Vázquez en algunas construcciones o edificios: «Ese arte aplicado muchas veces se ha visto como algo secundario. Ni siquiera se conoce al autor y, cuando se remodelan espacios como un hospital o algún comercio, se tiran y acaban en el contenedor elementos que son esculturas, relieves o vidrieras que, desde luego, tienen un valor para la ciudad», analiza Javier García.
En lo tocante en particular al patrimonio gráfico, sí que se atisba un movimiento de sensibilidad hacia los rótulos de determinados edificios o comercios: «Yo ahí no puedo entrar, porque muchas veces se trata de cosas privadas, pero sí animo a conservarlo. Incluso, si los propietarios no quieren o no pueden, deberían ser las instituciones públicas las que habilitaran algún espacio para guardarlo», apunta el responsable de las iniciativas, que desliza, por ejemplo, la existencia de una nave de titularidad municipal donde ahora se almacenan algunos de los letreros del ya antiguo Mercado de Abastos.
El viaje virtual
Para concienciar a su público de la importancia de conservar todo este patrimonio artístico y gráfico, Javier García propuso este miércoles un viaje de la Marina a la Plaza Mayor a través de los elementos que muchas veces pasan desapercibidos: «En el futuro, se verán con otros ojos», advierte el profesor, que cita el rastro de Luis Quico en el edificio del casino; el conjunto arquitectónico del Centro Comercial La Marina (zona del Kalúa), con la obra de José Luis Alonso Coomonte; o la presencia de los dos artistas citados previamente en un portal cercano.
El responsable de los proyectos apenas menciona alguna otra sorpresa en el camino, aunque la sensación es que podría seguir varias horas hablando del tema: «Para mí hacer esto es una satisfacción personal. Me gusta mucho lo local, y lo defiendo no como una especie de chovinismo, de decir que somos mejores que los demás, sino porque lo local nos ayuda, es el guante que usamos para conocer lo universal. Valorando lo tuyo, acabas valorando lo de los demás», zanja Javier García.